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El parque de Badaia lleva más de medio año paralizado

La eólica enfrenta a la Diputación alavesa y el Gobierno vasco

Por Garbiñe Esteban
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Gobierno vasco y Diputación de Alava protagonizan una lucha por determinar la utilidad pública de un monte que está dando como resultado la paralización del parque eólico de Badaia. Mientras tanto, la empresa promotora asegura que cada mes que pasa pierde un millón de euros.
Ya han pasado seis meses desde que la Diputación foral de Alava ordenó la paralización de las obras del parque eólico de Badaia “por razones ambientales y de procedimiento”. La empresa adjudicataria, Eólicas de Euskadi, participada a partes iguales por Iberdrola y el Ente Vasco de Energía, considera que ha hecho todo de acuerdo a la legalidad vigente, y amparada por el propio Gobierno vasco, pero ha tenido que sufrir la paralización y recibir una sanción de 66.000 euros, el precio estimado de los daños causados a la sierra.

Futuro incierto.- Las negociaciones que han mantenido regularmente representantes del Departamento foral de Medio Ambiente y la Consejería vasca de Industria para llegar aun acuerdo sobre cuál de las dos instituciones determina la utilidad del monte, el verdadero quid de la cuestión, no han servido para llegar a buen puerto. La solución se ha demorado aún más con el reciente periodo electoral y la entrada en funciones del nuevo Gobierno.

Desde Eólicas, tienen las cifras bien claras. La paralización del parque de 30 aerogeneradores supone un gasto mensual de un millón de euros, cifra a la que hay que sumar la falta de producción, que supone pérdidas de otros dos millones, teniendo en cuenta que el parque iba a comenzar a funcionar el pasado enero.

Y el conflicto puede complicarse aún más, ya que a la polémica se han sumado los grupos políticos de la provincia y algunos colectivos ecologistas.

La sierra de Badaia se encuentra a 15 kilómetros de Vitoria y es una altiplanicie kárstica con valores naturales incuestionables. Cuando ya habían comenzado las obras, hace seis meses, llegaba la polémica decisión de la Diputación de paralizar las mismas por carecer de permiso foral, junto a la presentación de dos recursos judiciales contra la autorización que el Gobierno vasco daba al parque. La salida negociada, aunque se está buscando, no acaba de llegar.

De momento, en la zona se pueden ver dos torres a medio instalar y las enormes zapatas preparadas para acoger a los 30 aerogeneradores. En total, 17 kilómetros de camino con su drenaje preparado, y, en definitiva, la obra civil finalizada. Cuándo se instalarán los molinos es de momento una incógnita.

Desde la mancomunidad Brava de Badaia, entidad medieval formada por 18 pueblos, se pide una pronta solución, aludiendo a que había que haber tomado esta decisión antes de llegar al punto en el que se encuentran. Ahora los perjuicios por la paralización se multiplican. Los grupos de la oposición en las Juntas Generales también exigen que se desbloquee la situación, mientras que la Diputación ha cuestionado recientemente la eficacia de las centrales eólicas.

El movimiento ecologista también está dividido, por lo que el futuro de este parque concreto y de los futuros en la provincia de Alava, es, hoy por hoy, una incógnita.
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