Conciliación laboral

La mayoría de los grandes grupos empresariales llevan tiempo facilitando esta conciliación, bien porque realmente escuchan a sus trabajadores y saben que el rendimiento laboral es mejor cuando uno está contento en su puesto de trabajo, bien porque “la ley obliga”, y el temor a una mala imagen o a juicios largos y costosos es mayor que ese falso calificativo de “caras” o “poco rentables” que se le ha colocado a las medidas necesarias para alcanzar el equilibrio entre la familia y el trabajo.

Si como dicen las estadísticas relacionadas con las empresas españolas, la familia “sigue siendo la institución más importante”, es necesario que todos realicemos un esfuerzo para encontrar las soluciones adecuadas para que el trabajo no dificulte las distintas relaciones familiares, tanto de hombres como de mujeres.

Las vacaciones navideñas, así como las de Semana Santa, puentes y días del maestro, ponen a prueba los horarios de los cabezas de familia con hijos. Muchas son las iniciativas que se están poniendo en marcha desde el Gobierno central, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, pero hace falta la colaboración de las empresas. Al fin y al cabo, solemos pasar más tiempo en nuestros lugares de trabajo que en nuestras propias casas, y eso que nuestro esfuerzo nos cuesta pagarlas...

La solución está en manos de todos. Gobierno, empresarios y trabajadores debemos intentar “ajustar los ánimos de quienes estaban opuestos entre sí”, como define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua el acto de conciliar.