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Para recoger el gas del futuro gasoducto

El Gobierno balear prevé construir una central eléctrica a las afueras de Palma

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
La zona de Cas Tresorer, junto a la depuradora de Emaya, situada cerca a la autopista de s’Arenal (Palma) y donde se produce aire propanado que abastece a la red de gas, albergará una nueva central de producción eléctrica que se alimentará con el gas natural transportado por el futuro gasoducto, cuya operatividad está prevista para 2007.
Carmen Arriola.

Palma de Mallorca

El Gobierno balear prevé una nueva central eléctrica en Cas Tresorer (Palma) para atender futuras demandas, así como el desmantelamiento de la de Sant Joan de Déu, que perderá incluso su condición de suelo de reserva energética. Sobre su futuro uso, el consejero del ramo, Josep Juan Cardona, ha comentado que “dependerá del Ayuntamiento”.

En estos momentos, Gesa fabrica en Cas Tresorer aire propanado que será reemplazado por gas natural en 2007. En el recinto, al que llegará el gasoducto soterrado, se ubicará la estación de compresión, que ocupará unos 1.500 metros cuadrados de superficie, y, “cuando se necesiten”, nuevas turbinas de ciclo combinado para una producción de 400 megawatios.

Con la llegada del cable, Gesa perderá la posición de monopolio. Como contrapartida, la compañía podrá vender energía en temporada baja, sobre todo de la central de Alcúdia, que quema carbón, lo que procura un precio barato, pero mayor contaminación que otras opciones.

Aunque el Ministerio de Economía (competente en materia de planificación energética) prevé una inversión de 607 millones de euros para los proyectos de enlace energético interislas y con la Península, Cardona ha precisado que, “con las obras de soterramiento de las conducciones, cable y gasoducto, en sus ámbitos terrestres, las medidas de seguridad y la reducción al mínimo de los impactos ambientales, el presupuesto global se elevará a 840 millones de euros”, lo que supone un encarecimiento de 233 millones.

Tanto el gasoducto como los cables, en sus tramos submarinos, serán enterrados antes de llegar a tierra en el fondo marino, cuando la profundidad sea de 50 metros. Al llegar a tierra, continuarán enterrados, por lo que los ciudadanos no notarán ni verán nada. El gasoducto, al llegar a la costa de Sant Joan de Déu, continuará enterrado, con 30 centímetros de diámetro, hasta Cas Tresorer.

En cuanto a las interconexiones eléctricas, “el cable de la Península llegará a la costa de Sant Ponça y continuará enterrado hasta el polígono industrial de Son Bugadelles, donde se instalará una estación de conversión de la potencia -según ha explicado el consejero-. Esta estación ocupará, como mucho, 1.600 metros cuadrados, es decir, la superficie de una nave industrial situada, además, en un área destinada a este fin. En todos estos tramos terrestres y enterrados se aprovecharán los dominios públicos de caminos y carreteras, y en la costa no habrá ninguna instalación”, ha asegurado Cardona.

El consejero ha destacado que “todas estas infraestructuras no sólo garantizarán una total seguridad y fiabilidad, sino que apenas serán percibidas por los ciudadanos”.

Francesc Antich, portavoz parlamentario del PSOE, por su parte, considera que esta decisión “se ha adoptado con dos años de retraso”.
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