El pago de hipotecas recorta el ahorro

Y las familias se sienten más ricas fundamentalmente porque su principal bien es la vivienda, que ha incrementado ostensiblemente su valor (su precio ha subido un 85% desde 1995), y esa sensación les persuade de ahorrar, y alienta el consumo, afirma Valle.
En 2002, los españoles destinaron un 13,3% de su renta disponible al ahorro, mientras que siete años antes este porcentaje se elevaba hasta el 15,63%, según Funcas. Estos datos provocan que la tasa de ahorro anual siga estancada en torno al 22,7% del PIB nacional, una cifra que los expertos prevén se mantenga este año.
Entre las preferencias de los españoles al decidir el destino de sus ahorros, Funcas destaca que el 30% opta por la vivienda. Así, una de cada cuatro familias tiene una hipoteca pendiente, o lo que es lo mismo, en España existen 3,25 millones de pisos sujetos a pagos por intereses y amortización.
El informe de Funcas señala que el atractivo de comprar una vivienda reside en las políticas fiscales, los escasos incentivos al alquiler, el tirón de la demanda de inmuebles ante el aumento de hogares unifamiliares, la inmigración, los bajos tipos de interés y las facilidades de pago, factores que han provocado que España tenga un 82% de las viviendas en propiedad financiadas mediante hipotecas.
Para incentivar el ahorro, “sería bueno que hubiera una modificación en los precios de la actividad inmobiliaria, lo que haría que los españoles se sintieran menor ricos y ahorrasen”, propone el director de Funcas.
Mientras tanto, el negocio hipotecario sigue al alza, alimentado por este boom inmobiliario. El importe de los créditos hipotecarios aumentó un 23,2% en julio respecto a idéntico mes del año pasado, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El importe medio por hipoteca se situó durante ese mismo mes en 11.821 euros, un 15,6% más que en julio de 2002.
El crédito comprometido en una hipoteca sobrepasa el precio medio de la viviendas en tres comunidades autónomas: Castilla-La Mancha, Extremadura y Galicia.
Funcas destaca la posibilidad de que las casas pierdan buena parte de la sobrevaloración registrada desde el año 2000, lo que haría que en algunas regiones el coste de un piso o chalé pueda situarse, a medio plazo, por debajo de la cuantía fijada en la hipoteca que pesa sobre él, lo que en la práctica significaría que una persona debería pagar más de lo que en realidad representa su propiedad.