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Valdefuentes, de santuario de Franco a plató de cine erótico

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El 4 de octubre de 1951, José María Sanchiz, casado con Enriqueta Bordiú y Bascarán, compra la finca Valdefuentes a Luis Figueroa, uno de los hijos del marqués de Romanones, en nombre de Francisco Franco Bahamonte. Para la explotación de esta finca se crea la sociedad Explotación de Valdefuentes S.A., propiedad de Franco, cuyo objeto social es “la adquisición y explotación de fincas rústicas; la explotación de la ganadería y sus derivados” entre otras cosas. El capital social estaba compuesto por 10.000 euros aportado por los socios y algo más en inmuebles del conde Figueroa, de los que 4.402,35 euros correspondían a 27 parcelas unidas con casi 10 millones de metros cuadrados, es decir, la finca en cuestión.
Valdefuentes fue conocida como “el coto de Franco”, como cuenta Mariano Sánchez Soler en su libro “Los Franco S.A.”, y en vida del general fue su refugio, que habilitó y decoró con sus trofeos de caza, se hizo construir una iglesia a su gusto, e incluso dirigió personalmente su explotación ganadera y agrícola. Hay que destacar que cuando su familia pretendió convertir parte de los terrenos en zona edificable, Franco se negó, pero tras su muerte, y al tomar posesión de la sociedad su hija Carmen la finca quedó en manos de Francis Franco, nieto del dictador y vocal en la junta general.
En esta época, la productividad de la finca cayó en picado, no se alcanzaba para la manutención del ganado, disminuyó un 60% la producción de leche y se talaron 3.300 árboles para su venta. Además, de los 150 trabajadores que tenía Franco únicamente quedaban cuatro en 1978. Pero fue en 1981cuando Francis convirtió la finca de Franco en un plató para el rodaje de películas españolas eróticas y de “terror”.
Una de ellas, “Sobrenatural”, dirigida por Eugenio Martín, con Cristina Galbó, trataba sobre un cadáver que regresa del Más Allá para imponer su ley a la colectividad. Carlos Puerto rodó “Historias burlescas: la vida, el amor y la muerte”, donde Azucena Hernández interpretaba junto a Miguel Ayores una escena de cama ante la mirada de un chimpancé. Las actrices María José Cantudo y Silvia Aguilar, también aparecían en esta película, una de las 15 que se rodaron en Valdefuentes, todas con escenas con mujeres desnudas y ritos satánicos, filmadas en la propiedad favorita de Francisco Franco e incluso en su capilla.
En 1984, con la finca ya en manos de Cristóbal Martínez-Bordiú, se segregan algunas parcelas en favor de Arroyomolinos y en el año 1988, el Ayuntamiento ofrece permutar gran parte del terreno de la finca a cambio de otros situados cerca del casco urbano y calificados para la edificación industrial.
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