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el rincón del curioso/ Jorge G. Boró

Las plusvalías de Simancas

El hecho de tener dinero o propiedades inmobiliarias no es un delito, siempre que se hayan conseguido por medios lícitos. Rafael Simancas, secretario general de la Federación Socialista Madrileña y fallido presidente autonómico, tras la tristemente célebre jornada del 10 de junio, se apresuró a dar a conocer a los medios de comunicación su patrimonio, en el que se incluía, entre otras propiedades, un modesto piso en Fuenlabrada y una inversión en 1998 en la compra de un chalé en una comunidad de propietarios en Boadilla del Monte, por un importe de casi cinco millones de pesetas, además de la ya famosa ‘Play Station’ estropeada de su hijo.
En su declaración también afirmó que, por diversos problemas, no se había terminado de construir ese chalé, algo que ha quedado demostrado que no es cierto, puesto que se encuentra prácticamente terminado. La pregunta que me hago es si Simancas va a ser coherente con los principios que predica, en contra de cualquier clase de “especulación” inmobiliaria, y, como dice, va a vender ese chalé para recuperar lo invertido y traspasar la hipoteca o, por el contrario, lo va a vender al precio de mercado que marca la zona, alrededor de ochenta millones de las antiguas pesetas. La política tiene estas cosas, hay que predicar con el ejemplo. Y si Simancas quiere tener alguna credibilidad, tendrá que ser fiel a sus principios y renunciar a las plusvalías que puede obtener. Una ganancia que no es ilegal, pero que puede ser peligrosa para alguien que se ha erigido a sí mismo como “luchador” contra la especulación inmobiliaria que encarece el precio de la vivienda. Y una recomendación: si hace efectivas esas plusvalías, al menos arregle a su hijo la consola de videojuegos, el chaval tiene derecho a divertirse.
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