Su inauguración estaba prevista, inicialmente, para el próximo octubre
El cambio de promotores retrasa la apertura del centro de ocio Zubiarte
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Una de las piezas importantes de la nueva zona urbanizada en el centro de Bilbao y conocida como Abandoibarra, el centro de ocio Zubiarte, retrasará su apertura al menos un año debido a diferentes problemas que han ido surgiendo desde que tan sólo fuera un proyecto. Las obras comenzaban en noviembre de 2001, pero ya es notorio que su inauguración estará lejos del mes de octubre de este año, tal como se preveía en un principio.
Garbiñe EstebanBilbao
Negocio Inmobiliario
El centro de ocio que se ubicará en la codiciada zona de Abandoibarra se ha convertido en un camino plagado de obstáculos. A los numerosos problemas que surgieron en torno a su diseño se han unido muchos otros una vez que ya dieron comienzo las obras para su construcción.
Los continuos cambios accionariales en la promotora Filo en los dos últimos años, son quizá las causas más claras del importante retraso que va a acumular la construcción de este inmueble. A ello se han unido las pretensiones de los últimos promotores para abaratar costes, y problemas de cimentación.
La nueva fecha.- Por todo esto, ya es un hecho que la inauguración no podrá celebrarse el próximo mes de octubre como se incluía en los primeros planes. Los responsables de la edificación, barajan en estos momentos octubre de 2004 como fecha probable de apertura del centro.
El proyecto para el centro comercial y de ocio estuvo cargado de polémica desde los primeros momentos. La inmobiliaria Filo compró los terrenos en 1997 por un precio de 9,02 millones de euros. Los primeros contratiempos llegaron por discrepancias por el uso que se le daría al centro, que en un primer momento, recibió el nombre de Ría 21. A estos problemas en el seno de la propia Bilbao Ría 2000, responsable del desarrollo urbanístico de la zona, se unió la oposición ciudadana, plasmada en una plataforma formada por comerciantes, arquitectos y vecinos, que no veían con buenos ojos las dimensiones del primer proyecto firmado por el arquitecto británico Pete Coleman. Estas circunstancias obligaron a la promotora a contratar otro arquitecto en 1999. El nuevo diseño se encargó al norteamericano Robert Stern, especialista en esta clase de edificios. Tras casi un año para redactar el nuevo proyecto, llegó el momento de la aprobación por parte del autor del Master Plan para la zona, el argentino César Pelli, y de la propia Bilbao Ría 2000.
Después de todos estos escollos, en noviembre de 2001, comenzaban las obras en la zona. Pero entonces surgieron los comentados cambios accionariales en la empresa promotora. Cuando Filo adquirió el solar, estaba a cargo de Mondragón Corporación Corporativa. Más tarde, entró en el accionariado la firma canadiense Ivanhoe y la norteamericana Bankers Trust. Y por si no fuera suficiente, justo en el momento del inicio de las obras, la OPA sufrida por la promotora por parte del grupo holandés ING acabó de complicar aún más las cosas. El trato se cerró en marzo de 2002 y Filo dejó de cotizar en Bolsa.
Pero los cambios no iban a terminar aquí, ya que ING creó la sociedad Iberian Assets al 50% con la firma portuguesa especializada en centros comerciales Sonae Inmobiliaria. La nueva sociedad gestionaría cinco nuevos centros comerciales en todo el Estado, entre los que se encuentra el rebautizado Zubiarte.
Los nuevos directivos, analizaban de nuevo el proyecto con la ingeniería británica Mace, que proponía diferentes cambios sobre el diseño aprobado anteriormente por el Ayuntamiento de Bilbao. Las nuevas propuestas iban encaminadas a abaratar costes, pero en todo momento se encontraron con el rechazo municipal y de Bilbao Ría 2000.
Todas estas circunstancias no han llegado a producir un parón evidente de las obras, pero sí las han ralentizado de manera clara, y a ello han contribuido, además, una serie de problemas de asentamiento del terreno, así como la huelga de canteras.
La comercialización.- De momento, con un coste estimado en su construcción de unos 53 millones de euros y con el horizonte de octubre de 2004 como fecha de apertura, comienza a gestionarse el alquiler de los locales comerciales. Dada la singularidad del edificio y de su entorno, se pide cierto estilo en la imagen de los locales y se primarán las grandes marcas de moda y de ocio, buscando cierta especialización y diferenciación con respecto a los centros comerciales que abundan en la periferia de la ciudad.
En total, tendrán cabida 70 locales comerciales que ocuparán una superficie de 21.000 metros cuadrados. El Circuito Coliseo tendrá ocho salas de cine en otros 1.600 metros cuadrados, y se destinarán 1.000 metros más al área de alimentación. Tres plantas subterráneas de garaje darán espacio a mil plazas de aparcamiento.