El soterramiento de la línea férrea liberará 370.000 m2
La remodelación del frente marítimo de Tarragona
costará 115 millones
Josep Ferrer/Tarragona
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Los ciudadanos de Tarragona ya pueden ver la maqueta del proyecto de remodelación de la fachada marítima de la ciudad que ha elaborado el arquitecto Ricardo Bofill. La reordenación urbanística, que supondrá una inversión de 115 millones de euros, parte de liberar 370.000 metros cuadrados con el soterramiento de la vía del tren.
De los 370.000 metros cuadrados que quedarán desafectados con el soterramiento del tren en Tarragona, 32.000 irán destinados a la edificación. El alcalde de la localidad, Joan Miquel Nadal, ha garantizado que no está prevista "la construcción de pisos de lujo", opción que ha generado cierta polémica en la ciudad.
Una parte sustancial del dinero necesario para ejecutar el proyecto se conseguirá con la venta de los terrenos liberados por Renfe. El soterramiento de cerca de tres kilómetros de línea ferroviaria revalorizará la parte baja de la ciudad y le dará un perfil mucho más cercano al Mediterráneo, según ha explicado Ricardo Bofill.
El proyecto incorpora la posibilidad de que hasta siete calles tengan salida directa al mar. La actual plaza de los Carros, paso obligado para acceder a las instalaciones portuarias, se convertirá en la calle más grande de la ciudad. Bofill quiere dotarla de un parque verde y un aparcamiento subterráneo. En el medio habrá un edificio singular que podría ser un hotel de lujo y un auditorio con capacidad para 500 personas.
Otros inmuebles del entorno actual, por el contrario, desaparecerán. Es el caso de buena parte de los refugios y cobertizos del muelle de Costa. Sólo se salvarán la estación marítima y el cobertizo número 1, ya que el Ayuntamiento los considera históricos. En esta misma zona Bofill plantea un paseo con pinos y esculturas.
Otra propuesta es la conexión con ascensor del Balcón del Mediterráneo con el paseo marítimo y la playa del Miracle. A pie de ascensor se construirá la nueva terminal ferroviaria. La planta superior, de cristal, se destinará a bares y comercios, mientras que en el piso inferior se situarán los andenes.
Otra de las actuaciones planteadas es la rehabilitación de las playas y del paseo marítimo. Delante de la costa, Bofill propone habilitar una isla artificial que sirva de plataforma para los bañistas y de soporte para los focos que iluminarán la fachada marítima. También se mejorará la conexión de la ciudad con el anfiteatro romano. El arquitecto catalán imagina una gran escalinata que permita acceder al monumento desde la playa del Miracle. Más al norte, Bofill plantea la creación de una gran extensión verde, el parque de Sant Jordi, que integraría el fortín del mismo nombre.