villa y corte/Alberto Delgado
La guerra y los votos
Las elecciones municipales y regionales no deben decidirse por la postura ante la guerra
Coincidiendo con la ofensiva sobre Irak, se han sucedido las manifestaciones contra esta guerra en diversos puntos de España, con Madrid a la cabeza. Han sido muchos miles los madrileños que han desfilado por las calles de la capital, con consignas no sólo contra la guerra, sino también contra el Gobierno de Aznar.
Manifestantes que han chocado contra las fuerzas de orden público, lo que no habrá contribuido precisamente a despertar sus simpatías hacia el PP. Entre las consigan coreadas había claras referencias a que pronto llegaría el momento de votar. Ese "pronto" se refiere a las elecciones municipales y autonómicas, que están a la vuelta de la esquina. Para las otras, las generales, faltan muchos meses, y en ese tiempo pueden ocurrir muchas cosas, y olvidarse otras. Pero para los candidatos populares al Gobierno regional y la alcaldía de la capital, el coste de la impopularidad de la postura del Ejecutivo en relación a Irak les debe parecer, cuando menos, preocupante.
Ahora bien, una cosa es discrepar sobre la guerra de Irak, y otra decidir sobre quién lo hará mejor en políticas de vivienda, enseñanza, transporte, seguridad ciudadana o inmigración en la capital o en la región. Son muchos, y más directos, los problemas que preocupan a los madrileños, aparte de estar o no de acuerdo con la prepotencia norteamericana en el tema de Irak. Los madrileños votan con el corazón, pero también con la cabeza, y hay muchos que no se han manifestado, que están en su inmensa mayoría en contra de ésta y de cualquier guerra, pero no por ello van a dejar de valorar lo que se ha hecho en Madrid en los últimos años, lo que puede y debe hacerse en el futuro, y quienes pueden hacerlo mejor.