pasaba por allí/Olga Heras
Daños colaterales de la guerra
El "no a la guerra" de los actores en los Premios Goya está trayendo cola

El "no a la guerra" lanzado, de manera espontánea, por los actores y actrices en el acto de entrega de los Premios Goya, ha irrumpido en la campaña electoral del 25 de mayo con la fuerza de un cohete, con efectos mucho más políticos que el drama del Prestige o el aumento de la delincuencia. La izquierda se ha sentido empujada por los movimientos cívicos contra el conflicto bélico y ha unido al PSOE e IU bajo las mismas consignas, cosa que no ocurría desde hace muchos años.
El aguacero que cae sobre el Gobierno Aznar por sus intenciones belicistas (se ha convertido en cotidiano que las apariciones públicas de sus ministros vayan acompañadas indefectiblemente de abucheos y protestas) puede tener daños colaterales en el ámbito de la Comunidad de Madrid. La mayoría de alcaldes y candidatos del PP de la región han optado hasta el momento por atrincherarse tras un "no sé, no contesto" sobre la intervención armada en Irak, a la espera de que amaine el temporal y temerosos de que "la guerra de la justicia infinita" pueda llegar a dinamitar sus localistas expectativas electorales.
En igual situación de "indefensión gubernativa" la candidata popular a la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, incide en una ardua precampaña, diseñada minuciosamente para remontar los resultados de unos sondeos que atribuyen a su candidatura un ajustado margen frente a su más inmediato rival: Simancas. Pese a todo, la cabeza de lista autonómica de los populares ha comenzado a tener los pies de barro y no por demérito suyo (Aguirre está trabajando palmo a palmo la Comunidad), sino por un rechazo colectivo hacia las actuaciones de su partido.