El mercado español del ladrillo fue el más productivo de la Unión Europea a lo largo del ejercicio pasado
El sector de la construcción disminuirá el ritmo de crecimiento en 2002 de un 5,6% a un 4,5%
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
La evolución de la economía española en conjunto durante el año 2001 fue relativamente favorable. Redujo su ritmo de crecimiento interanual, siguiendo la tendencia económica mundial, pero el incremento del PIB real fue del 2,8% y la tasa de aumento del empleo del 2,4%, lo que permitió un descenso de la tasa de paro.
Este crecimiento estuvo sustentado, básicamente, por el gasto familiar, por el consumo y la compra de viviendas y por la inversión pública en infraestructuras. La caída de las inversiones y de las exportaciones arrastraron a la actividad industrial, mientras que la construcción y aquellas ramas de servicios relacionadas con el consumo experimentaron tasas de crecimiento elevadas.
Durante el ejercicio de 2001, la industria de la construcción fue el sector más dinámico de la economía nacional, tanto por el crecimiento de la actividad, como por la creación de empleo. Según un informe realizado por Crédito y Caución, por cada 600.000 euros gastados se generaron diez empleos directos y seis indirectos.
En cuanto a la inversión en construcción, la iniciativa pública tuvo en ese ejercicio un coste real reducido, ya que uno de cada dos euros invertidos retornaba a las arcas públicas por medio de los impuestos y las menores prestaciones por desempleo. En lo relativo a la demanda en el mercado de la construcción por parte del sector público, representación en torno al 22% del total de la producción, lo que supone un incremento del 9%, mientras que el sector privado demandó un 78%, aumentando en un 5%.
La construcción resulta clave en la economía española, no sólo por su importancia relativa en términos macroeconómicos, sino también por su efecto arrastre sobre el resto de la actividad, que tiene un efecto multiplicador del 1,8%.
Area euro.- En la denominada "Zona euro", el sector de la construcción mostró a lo largo de 2001 un descenso de la producción como consecuencia de la menor actividad en el segmento de la edificación inmobiliaria, y a pesar de la recuperación de la ejecución en obra civil, especialmente en la segunda mitad del año.
El retroceso de la actividad constructora en el ámbito europeo estuvo claramente determinado por la caída en picado de Alemania, que llegó a sumar un descenso del 6,2%. Esta cifra contrasta con la española, que creció un 5,6% de media en ese ejercicio, alcanzando una producción de 95.200 millones de euros, un 14,62% del PIB.
A lo largo de 2001, la licitación en obra civil en España aumentó un 34,5% respecto del volumen licitado en 2000, cuando, en conjunto, ayuntamientos y comunidades autónomas licitaron un total de 8.772 millones de euros.
En cuanto a la edificación no residencial, se han estimado unos 21,2 millones de metros cuadrados construidos en ese periodo, de los que casi dos terceras partes pertenecen a industrias, almacenes, comercios y oficinas.
El crecimiento de las obras de rehabilitación y mantenimiento fue de un 4,5%, superior en dos puntos al del año anterior.
La producción en el sector residencial se desaceleró con fuerza en 2001, aunque el nivel de actividad fue todavía elevado, gracias a la inercia de años anteriores. Se iniciaron alrededor de 500.000 nuevas viviendas, frente a las más de 535.000 que se habían comenzado en 2000. Este descenso del 6% viene determinado por causas como la desaceleración en la creación de empleo, la elevación de los precios, la contención de rentas, los descensos en los niveles de confianza de los consumidores y el elevado nivel de endeudamiento de la familias.
La internacionalización de la construcción ha sido otra de las vías elegidas por las empresas del sector para reducir su exposición al riesgo del ciclo económico sectorial de España. Durante 2001 se llegó a alcanzar una facturación por la actividad en el exterior de 3.300 millones de euros. La contratación internacional, por su parte, sumó los 2.900 millones de euros en lo que concierne a la actividad constructora, pero si se añade lo contratado en las actividades diversificadas, la cifra total asciende a 5.900 millones de euros.
En la actualidad, la actividad internacional de las empresas constructoras cotizadas españolas representa, aproximadamente, entre el 15% y el 20% de sus ingresos totales en el área de la construcción. Esta cifra es significativamente inferior a la media de los países de nuestro entorno.
La expansión internacional de la constructoras españolas prácticamente se reduce a la presencia de los seis grandes grupos nacionales que cotizan en Bolsa, y a un pequeño grupo de empresas medianas que centran sus actuaciones en Portugal y Latinoamérica.
Ante los datos negativos de la economía mundial, las empresas constructoras españolas han aumentado en los últimos años el grado de diversificación en sectores ajenos a la construcción y a la internacionalización, para crear así un refugio seguro contra los avatares de un sector que es bastante dependiente del ciclo económico de la inversión en infraestructuras y de la edificación, tanto residencial como no residencial.
Perspectivas para 2002.- Las perspectivas de crecimiento para el término de este ejercicio, según Crédito y Caución, apuntan a que la actividad se mantendrá a unos niveles superiores al crecimiento de la economía nacional, aunque reducirá el ritmo, que se espera se sitúe entre el 3,5% y el 4,5%, y a medio plazo se estima un crecimiento sostenido de un punto por encima del crecimiento del PIB.
No parece extraño, por tanto, que el Gobierno haya recurrido a las constructoras para que ayuden en las tareas de rehabilitación de las costas gallegas tras el vertido del Prestige, tratándose del motor de la economía.
Por subsectores, el crecimiento se estima para la edificación residencial entre el 0,5% y el 1,5% y para la residencial entre el 2%y el 4%. La rehabilitación de viviendas y la obra civil serán subsectores que actuarán de motor de la desaceleración que se prevé en el sector para los próximos años, con un crecimiento de entre el 3% y el 4% para la rehabilitación y mantenimiento, y entre el 8% y el 10% para la obra civil.
Esta previsión se sustenta, en cuanto al sector público, en las previsiones contenidas en la actualización del Plan de Estabilidad, que contempla como una de las líneas prioritarias de la política económica del Ejecutivo, el impulso a la inversión pública, con especial incidencia para el Plan de Infraestructuras del Ministerio de Fomento 2000-2007.
En cuanto al sector privado, el crecimiento de la actividad dirigida a este segmento de la demanda se mantendrá en términos similares a los aumentos del Producto Interior Bruto.
Los redactores del informe calculan que este año la construcción en España avanzará por encima de la media de la Unión Europea. En cuanto a las inversiones de las empresas constructoras en el exterior, éstas podrían presentar un crecimiento cercano al 2%, lo que significa que será la propia demanda interna su principal fuente de crecimiento.
El sector de la construcción en nuestro país presenta un perfil cíclico significativamente más acentuado que el de la economía en su conjunto, consecuencia de la fuerte dependencia que mantiene del ciclo económico.
Tendencias en el sector.- Durante 2002 se espera que la inversión en construcción no experimente una caída demasiado aguda. Se estima que, gracias a la aportación pública, la cifra inversora rondará el 3,75%.
Con todo, España volverá a ser protagonista en el contexto de la Unión Europea, duplicando el crecimiento medio de la inversión en obras, que únicamente será superado por Grecia.
En lo que afecta al valor de la producción, aún con la obra civil, que se ha asumido ya como nuevo motor del sector, tanto aquí como en el resto de Europa, comenzará a notarse la saturación del mercado residencial, con una desaceleración sostenida que puede terminar con aumentos sectoriales del 2,5% en 2002 y continuar en 2003 y 2004 con crecimientos en el entorno del 1%.
No obstante, Según Crédito y Caución, "confluyen una serie de factores que inducen a pensar que la construcción va a continuar un descenso muy suave, como ha sucedido hasta ahora, sin ceder excesivo protagonismo frente al conjunto de la economía", aunque el efecto no será igual en todas las empresas y subsectores.
El mayor peligro se concentrará en los segmentos más cíclicos y para las empresas menos competitivas, según indica el informe. Lo cual tendrá una traducción inmediata en el plano residencial en lo que a precios y ritmos de venta se refieren.
El sector no conocerá crecimientos como los de años precedentes. La evolución ascendente del empleo, por su parte, ya está sufriendo ese freno, y consolidará esta tendencia en 2002.
Ya 2001 había cerrado con ritmos de creación de empleo que no llegan ni al 40% de los de 1999. Y los datos de paro registrados en el Inem confirmaron esta dinámica, creciendo el paro en el sector de la construcción el año pasado por primera vez desde 1995. La corrección de actividad repercute automáticamente en el mercado laboral. Sin embargo, la creación de empleo sigue moderadamente viva en la construcción en comparación con la economía en su conjunto.