Leganés, cercado
El municipio de Leganés se está quedando sin suelo donde edificar, en parte porque se han cubierto muchos de los terrenos previsto en el actual Plan General de Ordenación del Territorio (PGOU).
Pero también porque los municipios aledaños, que le rodean, han incrementado la presión habitacional en sus fronteras y está “obligando” a Leganés a facilitar parte de los accesos y de las zonas verdes que precisan.
El gobierno municipal, que preside José Luis Pérez Ráez, se está encontrando con una política de hechos consumados que ha hecho que el consejero de Urbanismo de la ciudad, Florencio Izquierdo, se tenga que emplear a fondo –hasta ahora con pocos resultados de cara a la galería- para negociar con sus homólogos fronterizos las contrapartidas a esa presión osmótica. “No hay motivo de preocupación, aunque mirando el mapa de Leganés dé la sensación de que nos estamos quedando sin terreno. Nosotros tenemos un modelo de ciudad que no tiene nada que ver con el de los municipios colindantes, que están construyendo hasta los propios límites con Leganés. Eso es así y lo aceptamos. No vamos a ahogar el crecimiento de Alcorcón y Getafe, pero tampoco vamos a firmar cualquier solución”.
La situación, sin embargo, ha llegado a un punto, que ha comenzado a preocupar a los promotores inmobiliarios locales, que ven mermadas sus posibilidades de crecimiento y de negocio, en uno de los municipios metropolitanos donde hay más demanda de vivienda por su proximidad a la capital madrileña. Este “efecto frontera” obligará –según algunos de estos promotores inmobiliarios locales- a Leganés a renunciar a cualquier proyecto de urbanización de esas zonas, destinando esos terrenos a servidumbres de paso y zonas verdes que en su mayor parte disfrutarán los municipios aledaños. Lo mismo ocurre, incluso de una manera más grave, en los límites con el municipio de la capital madrileña, donde la presión osmótica residencial es aún mayor. Eso da la sensación de un Leganés cercado
El año pasado, el Gobierno local de Leganés aprobó la apertura de una glorieta en el Polígono industrial de Butarque para dar acceso y salida al nuevo barrio de Getafe, El Bercial, donde están construyéndose 6.000 viviendas, en el que vivirán no menos de 20.000 personas. Las únicas salidas que tenía El Bercial eran a la M-45, donde se instalará un nuevo El Corte Inglés, y a la autovía de Toledo (A-42) ya muy colapsada.
También el Ayuntamiento de Getafe ha solicitado ahora la apertura de nuevos accesos por Leganés del futuro barrio de Buenavista, donde se levantarán 5.000 viviendas más (18.000 habitantes). Esos accesos se harían concretamente en la antigua Glorieta de Trinaranjus, en la carretera que une Getafe y Leganés.
Leganés rechazó la primera propuesta del concejal de Urbanismo de Getafe, Francisco Santos Vázquez, porque suponía un intercambio de límites que Leganés no estaba dispuesto a ceder. La contrapropuesta es que la salida de Buenavista se haga por la misma frontera y que se incluyan salidas y servicios para los nuevos desarrollos de Leganés en la zona, junto a la Ciudad del Automóvil.