Gema Fernández
En su memoria

Los terribles acontecimientos del 11 de marzo de 2004 han quedado grabados en la memoria de todos los españoles; más aún en la de los madrileños. La repulsa que el pueblo español muestra a los atentados terroristas en general, sea quien sea quien los ejecuta, ha quedado patente en manifestaciones, actos en memoria de las víctimas, e incluso en el comportamiento de todos aquellos que, de una u otra manera, se vieron involucrados en el caos de aquel fatídico jueves.
Cientos de miles han sido los mensajes que se han escrito en el improvisado ‘monumento’ de la estación de Atocha de Madrid -mensajes que siguen aumentando cada día en la moderna pantalla que ha instalado el Ayuntamiento en ese mismo lugar- y más aún son los que siguen guardados en los corazones de muchos que no nos atrevemos a acercarnos a la zona que hace ya ocho meses fue sacudida por el horror.
Pero no hay que olvidar (lo de perdonar queda en la conciencia de cada uno). Y para que nadie olvide, son varios los monumentos que se levantarán en memoria de las víctimas y ante el valor demostrado por la sociedad, sobre todo, la madrileña. Precisamente en la capital, y justo en nuestra ‘zona cero’ particular, en la plaza de Atocha, junto a la estación, se levantará una especie de cilindro de cristal que cambiará con la luz del sol, la estación y la hora del día, y que guardará en su interior los mensajes -de repulsa, de impotencia, de dolor, de acompañamiento a las familias de las víctimas, de consuelo...- que han de perdurar para siempre. Un grupo de jóvenes arquitectos locales ha ganado el concurso internacional convocado para llevar a cabo este encargo; y es que los jóvenes han comprendido como nadie el significado de esta pérdida común, han sentido el vacío dejado por seres que, quizá, nunca conocieron.
En Alcalá de Henares se levantará una escultura que representa a un grupo de personas sin rostro mirando hacia una representación de la luz.
Distintos conceptos y diseños. Pueden gustar o no, pero en todos ellos late el dolor por la pérdida, la repulsa al terrorismo y las ganas de luchas y vivir.