Oficinas llenas de estilo

Es más, según un estudio de la multinacional americana Office1, el diseño se ha convertido en el principal motor a la hora de decidirnos por muchos de los productos de papelería que usamos habitualmente. Rotuladores, bolígrafos, agendas, cuadernos y juegos de escritorio se eligen principalmente por su imagen atractiva y no tanto por el servicio que nos prestan. En la elección también pesan mucho las marcas; somos uno de los países más “marquistas” de Europa, según este estudio.

Pese a que los ordenadores y las nuevas tecnologías han inundado las oficinas de toda España, el papel, las agendas y los archivadores siguen siendo artículos muy demandados. Las agendas electrónicas, o PDA, son más un capricho, quizá por el precio, o se convierten en el regalo de moda.

El uso de las nuevas tecnologías queda patente en el incremento de pedidos de cartuchos de tinta para impresoras, y, sobre todo, de CDs grabables, que han llegado a sustituir a los tradicionales disquetes (en este crecimiento de la demanda tiene mucho que ver la piratería).

Un dato curioso, el tradicional rotulador rojo con el que nos corregían los exámenes en la escuela cuando éramos niños sigue ganando la partida al resto de colores. Lo que no acaba de cuajar en las oficinas españolas es el papel reciclado, y que conste que no es por falta de concienciación (no olvidemos que el medio ambiente está de moda), sino porque, como su textura es más gruesa de lo normal, tiende a estropear las impresoras.

Cuadernos y bolígrafos con diseños de Agatha Ruiz de la Prada o de Jordi Labanda ganan la partida a los monocolor, y no sólo en las mochilas de los niños. Se han convertido en productos para adultos que pueden encontrarse en los maletines y bolsos más selectos.