Un nobel gana el concurso de la plaza de toros de Oviedo

El primer premio plantea respetar el edificio, aunque eliminando los inmuebles con fachada a Celestino Villamil, y construir otro anexo de servicios múltiples entre el coso y la calle de Juan Belmonte. El tratamiento exterior consistiría en una mera limpieza de cara, para la que propone seguir técnicas tradicionales y utilizar estucos, cerámica, madera y vidrio.

Por dentro, De las Heras sugiere acondicionarlo totalmente, convirtiéndolo en unas instalaciones contemporáneas, pero simplemente actuando sobre la puerta y las graderías.

Una cornisa completaría la plaza, que se cubriría con una cubierta móvil. Los materiales propuestos para este elemento, que recuperaría la memoria de la que existió antes de la reconstrucción de los años 30, son el acero y el vidrio.

La principal singularidad del proyecto es la creación de un edificio anexo en forma de barra, que se situaría en un lateral de la plaza y que estaría construido en muro y cristal. Este podría dedicarse a acoger salas de exposiciones o camerinos.

Aparcamiento subterráneo.- Los jardines que ahora existen delante del coso desaparecen en esta propuesta para dar paso a una gran plaza pública. Bajo ella se ubicaría un aparcamiento subterráneo, que se llevaría el 60% de los más de 12,78 millones de euros del presupuesto total.

Los miembros del jurado de este concurso aseguran que se trata de un proyecto respetuoso con la plaza y que hay posibilidad de que la propuesta “se convierta en realidad”. “Juan Miguel de la Guardia -el arquitecto que la construyó a finales del siglo XIX- pueda estar bien tranquilo en su tumba”, opina el decano de los arquitectos asturianos, Javier Montero.

En total, al concurso se presentaron 47 proyectos.