Las constructoras españolas se frotan las manos ante el cambio
Narbona deroga el trasvase e invertirá 632 millones en desalar
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
La derogación del trasvase del Ebro abre a las constructoras españolas un suculento segmento de negocio como es la desalación, que mueve al año entre 270 y 340 millones de euros en España y que el Ministerio de Medio Ambiente quiere incrementar en un 50% tras una inversión de 632 millones.
Carlos Hopo.
Madrid
El Gobierno ya ha derogado el trasvase del Ebro para dar paso al nuevo Plan Hidrológico, compuesto por medidas que incluyen mejoras en las infraestructuras, reutilización de aguas y, sobre todo, desalación.
A este fin tiene previsto dedicar la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, 632 millones para la construcción de 11 desaladoras que produzcan 621 hectómetros de agua, lo que va a suponer un sustancial negocio para las constructoras nacionales, que en su mayoría cuentan con filiales expertas en la gestión de aguas.
Estas empresas disponen con una importante experiencia en la desalación, gracias a las obras realizadas en España y en el extranjero. Así, Sadyt, filial de Sacyr Vallehermoso, ha construido 45 plantas desde 1995 y su facturación por desalación el pasado año fue de 8,50 millones. Pero las previsiones son gigantescas, ya que la compañía espera construir entre 20 y 25 desaladoras de aquí a 2006, lo que multiplicaría por cinco la facturación actual de la filial, unos 10,40 millones, hasta alcanzar una cifra de negocio de 60 millones, la mayoría gracias a la desalación.
Esa misma cifra espera facturar por desalación FCC a través de Aqualia en 2004, con 18 plantas en explotación. La filial de Ferrovial, Cadagua, factura 90 millones al año, de los que el 20% proviene de la desalación, mientras que Tedagua, perteneciente a Cobra, del grupo ACS, cuenta ni más ni menos que con 70 plantas en Canarias y 15 en Levante.
Además, hay que añadir empresas que también operan en el sector de la desalación, como Abengoa, Pridesa, Dregrémont o Uralita, que fabrica tubos para las desaladoras, que también se beneficiarán del nuevo plan.
En la actualidad, el mercado español de desalación mueve entre 270 y 340 millones al año, según la Asociación Española de Desalación y Reutilización (Aedyr) y Cristina Narbona quiere elevar la capacidad de desalación española en un 50%. Por eso no se ha cansado de recordar que la derogación del trasvase del Ebro no supone una paralización del PHN, sino un “reajuste en la inversión de los presupuestos”, o lo que es lo mismo, que las constructoras no van a perder la oportunidad de negocio sino todo lo contrario. Y es que, además de construir las plantas, luego se quedan a gestionarlas.