En 2004 está previsto que se vendan 116.000 casas turísticas, un 51% a clientes nacionales
Los residentes habituales y extranjeros revolucionan la vivienda vacacional
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El turismo residencial está cambiando, y los promotores deben hacer frente a las necesidades de una nueva demanda que reclama más atención y más servicios. El número de compradores extranjeros superará al de los nacionales en los próximos cuatro años, igual que el número de personas que dejan de utilizar estas casas para pasar las vacaciones y fijan allí su residencia habitual. Además, es el sol y no la playa el principal elemento de atracción, lo que abre un gran abanico de suelo.
El sector de la vivienda vacacional española está viviendo su gran momento, indiferente a los avatares que sufre el mercado de la primera residencia. Hay unanimidad entre los promotores respecto a que el turismo residencial depende de factores distintos a los de aquel segmento, fundamentalmente de la evolución de la economía general, y también en cuanto a que es necesaria una mayor profesionalización del sector.
No en vano, la APCE ha presentado su sello de confianza como primer paso para eliminar la mala imagen de la construcción en costa que parece tener el sector español en el extranjero. Igualmente, los profesionales inmobiliarios buscan mejorar los canales de comunicación para detectar cuáles son las necesidades y los intereses concretos de los potenciales clientes. “Un fallo que hemos detectado es que los posibles compradores, en muchos casos, solicitan una superficie mayor de la que le ofrece el promotor”, señala José Luis Suárez del IESE.
A la vista de los últimos datos publicados en un estudio de la consultora Grupo i, elaborado para la asociación Live in Spain y el IESE, estos canales de comunicación con el extranjero van a ser cada vez más relevantes, ya que, si para 2004 está previsto que se vendan 116.000 viviendas vacacionales en la zona VIVE (compuesta por 115 municipios a lo largo del arco Mediterráneo), de las que 60.000 serán para españoles y 56.000 para extranjeros, la tendencia se va a invertir. Es decir, está previsto que para 2008 las ventas aumenten un 30%, hasta alcanzar las 148.000 viviendas turísticas, de las que 72.000 serán para compradores nacionales y 76.000 para foráneos.
También está cambiando la tendencia del uso de esas casas, ya que cada vez más personas las adquieren para fijar en ellas su residencia habitual. “No es lo mismo diseñar una vivienda de vacaciones que una segunda residencia, donde se va a pasar más tiempo que en la casa habitual”, comenta Suárez.
Residencia habitual.- Uno de los aspectos fundamentales del estudio de Grupo i es el cambio de definición de turismo residencial a vivienda vacacional, que abarca tanto las casas nuevas como las de segunda mano y, lo que es más importante, las viviendas secundarias y las que se han convertido en residencia habitual. “Aproximadamente, entre un 10% y un 15% de las 116.000 unidades que se venderán este año serán para morar de forma habitual”, comenta Raúl García, director técnico de Grupo i.
Un elemento importante de esta clientela es que exige a los promotores unos servicios postventa añadidos, como es la asistencia sanitaria o la subsanación de posibles defectos en la construcción. En definitiva, la empresa debe diferenciar entre el antiguo concepto de apartamento en la playa para pensar en una vivienda habitual en zona turística.
El cambio de concepción va más allá, pues los potenciales clientes no buscan sólo la playa, sino más el sol, siendo el factor más relevante de atracción del comprador extranjero, por lo que las promociones se pueden realizar alejadas de la primera línea de costa, añadiendo algún otro elemento de atracción. “Puede ser un balneario-spa, un campo de golf o simplemente el centro urbano de algún municipio histórico”, dice Manuel Gandarias, presidente de Live in Spain. “Terreno tenemos todo el que queramos”, añade.
La oferta de campos de golf tiene aún mucho recorrido, si consideramos a España como ‘la Florida de Europa’, ya que, en territorio español, hay actualmente 260 campos, mientras que en el estado americano existen 1.300 instalaciones. Respecto al debate sobre la presión medioambiental que ejerce un campo de golf en zonas donde no abunda el agua, José Luis Suárez recuerda que cada campo debe obtener el agua para su mantenimiento de una depuradora o desaladora específica para esa instalación.