Pedro García Alarcó
Vivienda: ¿cambio de aire?
Desde hace casi 50 años nuestro país lleva legislando sobre el suelo y la vivienda. Pero al cambio de competencias en beneficio de las comunidades autónomas no ha contribuido a normalizar el urbanismo (en el sentido de asemejarlo a la mayoría de los países de la OCDE) y ha radicalizado más las diferencias: retraso de la edad de emancipación; preferencia por la compra respecto al alquiler; inexistencia de un mercado real de alquiler; parque creciente de viviendas vacías; maraña legislativa.
La vivienda en España no sólo esta organizada sobre la venta, sino que, además, existe una dinámica destructiva para el alquiler (incertidumbre para propietario y arrendatario, penalizaciones fiscales...). Y, respecto al mito de la falta de suelo (que no es cierto), nos encontramos con la realidad de las dificultades para la producción de suelo urbano.
Hace apenas 30 años, el número de regulaciones sobre un suelo urbanizable era apenas de 2 ó 3. Hoy son más de 30, que dependen de una pléyade de instancias administrativas. Es decir, hemos multiplicado las dificultades para producir suelo.
Si no existe una discriminación positiva sobre el alquiler frente a la compra será difícil encontrar soluciones al problema, pues será remachar el erróneo sendero seguido desde hace tiempo (subvencionando la compra). Si no se modifican los instrumentos de financiación municipal (hoy el suelo es la gran fuente de ingresos) será difícil que sean efectivas las medidas sobre el suelo público. Si no se modifican las subastas de Renfe, Defensa... (lo que aumentaría el déficit público) será difícil disponer de paquetes reguladores de suelo. Las medidas que puedan cambiar el aire sobre este enquistado problema son más de naturaleza económica y financiera que reguladora, más de coordinación administrativa y transparencia, que de legislación. Esperemos que ésta sea una oportunidad para cambiar el aire y no para acumular más frustración jurídica.