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El alcalde de de la ciudad espera el desbloqueo de los grandes proyectos

Sevilla confía en que el cambio de signo político agilice las nuevas infraestructuras

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Apenas han transcurrido dos semanas desde las elecciones generales, y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, ya ha querido felicitarse por el cambio de signo en el Gobierno central. Un cambio que, a su juicio, permitirá la puesta en marcha y agilización definitiva de proyectos de gran valor estratégico para la ciudad, como el metro, ya en construcción, el pantano de Melonares, la SE-40 o la ampliación del puerto.
Daniel García.

Sevilla

La victoria de José Luis Rodríguez Zapatero en las elecciones generales y el cambio de signo político en el Gobierno central suponen una oportunidad para dar salida y agilidad a algunos proyectos de obras e infraestructuras de gran calado que se encuentran paralizados en Sevilla y su provincia, debido a la falta de entendimiento que ha presidido las relaciones entre el Ejecutivo autonómico y el central en los últimos cuatro años.

La primera válvula de escape a este atolladero no ha tardado en abrirse, ya que el propio Rodríguez Zapatero ha confirmado, conforme a su promesa electoral, la liquidación de la deuda de la financiación regional, un asunto que ha sido objeto de una agria controversia entre ambos partidos. En el caso de Sevilla, estandarte del Partido Socialista en Andalucía, más aún tras las últimas elecciones municipales, que dejaron en manos del PP la mayoría de las capitales de provincia de la comunidad autónoma, los proyectos que han motivado asperezas entre uno y otro partido han sido numerosos.

Alfredo Sánchez Monteseirín, alcalde de la capital hispalense, ve ahora el relevo en la Moncloa como una gran oportunidad para lograr la materialización de importantes iniciativas con las que poder avalar una gestión que hasta la fecha se ha caracterizado por la ausencia de proyectos de gran envergadura. Para los partidos de la oposición en Sevilla, el cambio de rumbo político sirve para constatar que en el futuro el alcalde ya no podrá argumentar que se siente maniatado a la hora de rendir cuentas por su gestión.

Dotación pública.- Uno de los asuntos más manoseados en el último año ha sido el de la financiación del que se considera el proyecto de transporte público más importante en la historia de la ciudad y su área metropolitana, el metro. Aún hoy, cuando ya se han iniciado las obras en varios tramos de la línea, y cuando ya se ha marcado una fecha para su inauguración (junio de 2006), el Gobierno central sigue sin aportar una cifra. La Junta de Andalucía ha cerrado filas en la exigencia del 33% de la financiación, mientras que el Estado sólo comprometía 43 de los 428 millones de euros en que se ha cifrado toda la operación.

El metro encabeza una larga lista de proyectos aparcados. Otro de los más acuciantes, y que comparte en cierto modo los objetivos del anterior, es la construcción de la segunda ronda de circunvalación de Sevilla, la SE-40. En este caso, el Ministerio de Fomento ya ha comprometido una inversión. El problema es conocer cuándo será entregada. Se espera que el nuevo Gobierno agilice esta infraestructura.

En el mismo saco entran otros proyectos, como la construcción del pantano de Melonares, la mejora de la capacidad del aeropuerto de San Pablo o la ampliación del puerto de Sevilla.

El alcalde de la ciudad no ha querido esperar, y ya ha salido a la palestra de la opinión pública y mediática felicitándose por el cambio de signo y por los beneficios que este cambio reportará a Sevilla. Un gesto que podría pasarle factura en el futuro, si no se confirman los buenos augurios del primer edil.
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