"Se abren las puertas a procesos de concentración"

- ¿Y cómo se presenta 2004? - A priori, yo diría que va a continuar la buena marcha de este ejercicio. Es cierto que ya se observan algunos síntomas de ralentización, sobre todo en el sector residencial, pero eso se suplirá con la obra civil. Ya han comenzado a licitarse las primeras obras del Plan Hidrológico Nacional, que será una importante fuente de negocio para las empresas constructoras. Y todavía quedan por desarrollar muchos ramales del AVE. Las inmobiliarias pueden notar una cierta caída del mercado residencial, pero, en líneas generales, han aprovechado muy bien el ciclo positivo para entrar en negocios menos cíclicos y más recurrentes. - 2003 ha propiciado un vuelco en el mapa constructor e inmobiliario. ¿El proceso de concentración seguirá el año que viene? - Seguirá porque no es algo puntual, sino que se viene desarrollando a lo largo de los últimos años. 2004 comenzará con un cambio de líderes de constructoras e inmobiliarias tras la fusión de ACS con Dragados y Bami con Metrovacesa. Este nuevo proceso de concentración abre nuevas puertas a otros. Hemos de tener en cuenta que los grupos constructores actuales son el resultado de fusiones anteriores. Y eso seguirá siendo así. - ¿Y cuáles son las llamadas a protagonizar los próximos movimientos? - Es difícil vaticinar una cosa así. A priori, FCC estaría obligada, en cierto modo, a mover ficha, porque ha sido la que ha perdido su condición de líder del sector. Se habla mucho de la participación de Vivendi, y de si la pueden adquirir bien Ferrovial, bien Acciona porque tienen dinero para ello. No lo sé. También sonaron en 1998 para comprar la participación de Alicia Koplowitz y al final la acabó comprando Vivendi. - ¿Y cómo se presenta el año en Bolsa para las constructoras e inmobiliarias? - Yo creo que 2004 será un buen ejercicio bursátil. Este año hemos asistido al despegue y el próximo tomaremos altura. Y, en este sentido, yo creo que también será un buen año para las constructoras y las compañías inmobiliarias. Mejor para las constructoras, quizá, porque el mercado descuenta que tienen negocio para los próximos años y porque el sector inmobiliario puede dar señales de agotamiento. Y también porque los valores constructores se pueden beneficiar de las especulaciones sobre nuevas fusiones.