Un estudio de Erailur concluye que ésta favorece el encarecimiento de la libre
Los principales agentes del sector denuncian las desventajas de la VPO
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Los constructores, aparejadores y arquitectos vascos han sido muy tajantes a la hora de culpar a la proliferación de vivienda protegida del aumento continuado del precio en los pisos libres. En su opinión, el coste del suelo repercute en el precio final de una casa de manera desmesurada, y el suelo cuesta más cuanto más se reserva para levantar viviendas de protección oficial.
Garbiñe Esteban
Vitoria
Todo tiene sus pros y sus contras, y parece que la vivienda de protección oficial también. No todo son beneficios, y así lo han denunciado aparejadores, constructores, promotores y arquitectos alaveses, agrupados en la plataforma Erailur, asociación sin ánimo de lucro que reúne a los principales agentes del sector de la edificación.
En un trabajo presentado recientemente, los profesionales ofrecen “datos fidedignos e irrefutables” para demostrar que el factor más influyente para el precio desorbitado de las viviendas en Vitoria es el precio del suelo. Y para ellos, la razón de este elevado coste es la escasez de metros para poder edificar pisos libres. A la falta de espacio se suma la obligatoriedad de reservar un elevado porcentaje para viviendas protegidas. Con estas premisas, la conclusión del colectivo es clara y tajante: “ los pisos libres sólo bajarán en Vitoria si se construyen menos viviendas protegidas”.
Este razonamiento ha sido explicado por el gerente de la patronal de la construcción, Uneca, Enrique González, y el presidente del Colegio de Arquitectos, Carlos Sergnese. Ellos han sido los encargados de argumentar esta sorprendente teoría.
Según los datos del estudio, un piso nuevo libre de 300.000 euros, que viene a ser lo que costarán los del nuevo barrio de Zabalgana, tiene ese precio debido, principalmente, a que en la zona se ha reservado un 70% del suelo para pisos protegidos, quedando para las promociones libres tan sólo el 30% del espacio.
Lo que hacen los propietarios de los terrenos y los promotores es repercutir en las viviendas nuevas lo que pierden o dejan de ganar en las de protección. No hay que olvidar que para estas últimas el precio del suelo no puede superar el 20% del valor final, y éste está limitado a 108.000 euros. González explicaba de manera gráfica que “si uno tiene 10 manzanas pero tiene que regalar 7, venderá las otras 3 al mayor precio posible”.
Erailur considera que si los porcentajes de reserva de suelo para VPO que marca la ley vasca (65%) fueran menores, y a ello se unieran otras medidas como permitir una mayor densidad de construcción, con edificios más altos, el precio de los pisos libres se podría ver reducido alrededor de un 20%, e incluso llegar hasta el 40%.
La idea del colectivo podría resumirse en las palabras de Sergnese al explicar que “reduciendo el porcentaje de protegidas, subiendo el de libres e incorporando pisos tasados, el precio final gozaría de una reducción interesante”. Esta fórmula ideal se alcanzaría con un reparto entre estas tres modalidades a partes iguales. De esta manera, el precio de los pisos libres podría llegar a caer un 22%, siempre según la tesis de arquitectos, constructores y aparejadores.
Para afianzar más su visión del tema, esta agrupación asegura que, “antes de que la ley vasca que obliga a realizar esas reservas entrase en vigor, la vivienda libre subía a un ritmo del 8%, y desde entonces lo hace al 15%”, zanjando que “dicen que la VPO garantiza el derecho a una vivienda, pero no es así desde el momento en que, si uno quiere acceder a una, debe concurrir a una tómbola”.
El Gobierno vasco se ha mostrado totalmente opuesto a esta teoría. El director del área de Suelo y Urbanismo, Iñigo Maguregui, afirma que “sin pisos protegidos, los jóvenes vascos tendrían que emigrar porque perderían el derecho a acceder a una vivienda”.