pasaba por allí/Olga Heras
Empieza la función
PP, PSOE e IU en la Comunidad de Madrid afrontan la precampaña electoral con
estrategias bien distintas pero con una misma ambición: ganar

Con los primeros sondeos, internos y externos sobre la mesa, los principales partidos políticos, PP, PSOE e IU, afrontan la precampaña con estrategias bien distintas para conseguir una misma ambición: ganar las controvertidas elecciones autonómicas del próximo 26-O, y baremar su proyección hacia las generales de marzo.
Desde un PP eufórico, la victoria por mayoría absoluta no se pone en tela de juicio, aunque ésta, de momento, se presente mucho menos sustanciosa a como cabría esperar. Decididos, la candidata y su partido a atar todos los cabos, Esperanza Aguirre ha iniciado una precampaña en la que mostrará la cara amable de un gobierno “estable y de prosperidad”, apoyada en líderes locales y regionales, pero, sobre todo, adornando sus comparecencias con la plana mayor del Partido Popular, entre los que no se descarta al propio Aznar o al flamante candidato y nuevo líder de este partido, Mariano Rajoy.
En la arena política y mitinera del PSOE tampoco faltaran primeros espadas, al margen de veteranos alcaldes y presidentes autonómicos de amplio espectro, desde Bono hasta Maragall, Rafael Simancas se hará acompañar del mismísimo Felipe González y Alfonso Guerra, para reforzar una campaña que Rodríguez Zapatero seguirá muy de cerca. Los desajustes internos que se dejan sentir en la FSM y los malos augurios electorales que sobrevuelan la candidatura socialista, no han hecho aparentemente mella en el ánimo de Simancas, quien, con algún que otro as en la manga contra el PP, según se dice, pasea palmito por calles y plazas convencido del triunfo de la izquierda en los próximos comicios.
Pero si la euforia se respira dentro del PP y el socialismo desarrolla un arduo trabajo de autoconvencimiento en sus posibilidades, Izquierda Unida no le va a la zaga ni a uno ni a otro a la hora de valorar sus expectativas en las urnas. Desde la coalición se vaticina un importante incremento de votos que les situaría entre los doce o trece diputados, aunque las encuestas realizadas por los medios de comunicación, si bien, les pronostican un aumento de su electorado, les colocan en un techo máximo de diez u once diputados (su representación actual es de nueve escaños en la Asamblea).
Estos buenos augurios son, sin lugar a dudas, la razón por la que en IU de Madrid, al igual que intenta el PSOE, las voces disonantes guardan el más sepulcral silencio de cara a la opinión pública. Izquierda Unida lava sus desavenencias, algo insólito en su historia, en la más absoluta intimidad. Una trastienda en la que el patrimonio del número siete de la lista autonómica, Luis Suárez Machota, ha suscitado algún que otro recelo en la organización.
Ley del silencio y buenos modos, por tanto, en todos los partidos en el camino hacia el 26-O. Una cita que todos, sin excepción, se empeñan en recorrer recitando el cuento de la lechera. De nuevo le toca dar y quitar razones a un ciudadano que no duda en reconocer su cansancio y hastío con lo acaecido los últimos meses en la Asamblea de Madrid.