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Del ladrillo a la caja de seguridad

Nuestros bisabuelos guardaban el dinero debajo del ladrillo, o metido en un colchón. No porque que no se fiaran de los bancos o entidades de crédito, que también, sino porque entonces había pocos bancos, y aunque ya existía la cultura del ahorro, la cultura de la inversión estaba escasamente implantada Hasta mediados del siglo XIX, el dinero se transportaba entre provincias y Madrid o las grandes capitales por recuas de mulas. Los arrieros maragatos, famosos por su honradez, aunque fueran caros, eran grandes transportistas de dinero y bienes.

El denominado “dinero negro” ha existido siempre; al menos, desde que existen los impuestos. Hace unos treinta años, siendo Ministro de Hacienda Fernández Ordóñez, se decretó una especie de amnistía, que estableció la posibilidad de aflorar los dineros ocultos sin que se tuviera que pagar por ello, por una vez, y sin que sirviera de precedente. Muchos se acogieron a esta oferta estatal pero, con el transcurso de los años, el dinero negro volvió a crecer, y más en los últimos tiempos, con la especulación urbanística, y el aumento de la delincuencia mafiosa. Esta puede ser una, pero no la principal causa del interés que despiertan las cajas de seguridad de los bancos. Las cajas de seguridad constituyen un preciado objeto de deseo para muchos ciudadanos. En muchos bancos con cajas de seguridad hay overbooking y listas de espera.

Una de las principales razones de este interés, además de la confidencialidad y opacidad que existe para el contenido de la caja, es la proliferación de robos en pisos y chalets, en la capital y, sobre todo, en la periferia. Tener ahorros y joyas en casa es un riesgo cada vez mayor. Y muchos prefieren pagar al año unos miles de las antiguas pesetas, y una pequeña cantidad por cada vez que se acude al sistema acorazado del banco, y estar a salvo de los cacos. El dinero negro, o subterráneo, es mucho, y difícil de cuantificar. Tal y como está la economía, la mayoría de los ciudadanos no puede ahorrar. Pero siempre habrá dinero sin declarar. Y cajas de seguridad para guardarlo.
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