Una moneda con muchas cruces

¿Por qué será que los políticos, especialmente los que están en el poder, tienen tan poca credibilidad? Como decía el filósofo, que algo se haya estado repitiendo desde que el hombre es hombre no quiere decir que se vaya a repetir hasta el final de los tiempos. Imagínese que esto es como lanzar una moneda al aire: desde la prehistoria (y quizás incluso desde antes), ha estado saliendo cruz. Puede que esta extrañísima coincidencia acabe y ahora empiecen a salir caras hasta el día del juicio final.

Bueno, pues parece que los empresarios no están por la labor de otorgar el beneficio de la duda a esta hipótesis, tan probable por otra parte. Tienen metida en la cabeza una imagen negativa de la Administración, cuyo descrédito mancha incluso a los que acaban de llegar a puestos de responsabilidad.

Beatriz Corredor, no inspira mucha confianza a los patronos. Y eso que la joven y atractiva titular de Vivienda se esfuerza: no hay nada más que ver su reciente comparecencia en el foro de Nueva Economía, de la que tienen cumplida cobertura en este número. Durante una hora, Corredor, haciendo gala a su apellido, repasó a una velocidad que ya quisieran para sí los plusmarquistas nacionales las líneas generales que guiarán su gestión en el Ministerio. Pues bien, la audiencia quedó insatisfecha.

Quizá esta falta de fe proceda de los escasos éxitos que ha cosechado Vivienda en los últimos años. El descenso de los precios, tenido como un éxito por su predecesora, mantiene en un marasmo mortal al mercado.

Otra medida, como la de los tribunales para acelerar los desahucios, tampoco es que hayan dado grandes alegrías. Es más, los expertos me dicen que la convulsa situación del sector ralentizará aun más la vía judicial para la resolución de conflictos y que el ministro Bermejo parece empeñado en reformar el sistema a base de portadas en los periódicos en vez de poner más medios y exigir más formación a jueces y abogados. Tiremos de nuevo la moneda al aire.