
El masoquismo del PP
En la guerra civil española, en el asalto al Cuartel de Simancas asturiano, al marino de guerra Riva Suardíaz, que mandaba las fuerzas sitiadas, y que sería condecorado con la Gran Cruz Laureada de San Fernando, y llegaría a Almirante, se le atribuye una frase que ya ha pasado a la Historia: “¡ Tirad, que el enemigo está dentro!”. Algunos piensan que podría decir lo mismo el actual líder del PP, Mariano Rajoy, aunque él lo niega, e insiste que el enemigo está fuera, y no dentro. Fuera o dentro, la situación del partido es sorprendente.
Que exista rivalidad entre líderes de un mismo partido es algo comprensible. Lo que viene sucediendo en Madrid entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón es uno de los varios ejemplos que podrían ponerse sobre la mesa. Pero la marcha de figuras emblemáticas, adalides en la lucha contra el terrorismo, como María San Gil, que ha anunciado que no se presentará a la reelección como Presidenta del PP vasco, o José Ortega Lara, que abandona el partido, mientras Mariano Rajoy se luce haciendo el don Tancredo, da que pensar. Parece que el PP está aquejado de una especie de masoquismo, y se encamina, si no hacia la autodestrucción, que sería exagerado, sí hacia una lucha interna.
Todos tienen razones, pero todos han cometido errores. La decisión de San Gil está basada en la desconfianza. María no se fía de Rajoy, ni del rumbo que parece que quiere dar al partido. Pero no puede ignorar que el PP ha sufrido una sangría de votos en las pasadas elecciones, y algo hay que hacer para remediarlo, sin renunciar a sus principios. Ahí está la clave del problema. Ortega Lara está en la línea de San Gil.
Rajoy trata de convencerse, y de convencer a los demás, de que puede ser un candidato triunfante en las próximas elecciones generales, aunque haya perdido las dos anteriores. Argumenta que Felipe González y José María Aznar lograron ganar a la tercera, pero no es lo mismo. Además, las próximas elecciones generales están muy lejos, demasiado lejos. El próximo Congreso del PP en Valencia va a ser decisivo para clarificar una situación que actualmente es confusa.