ANDALUCÍA.- 02/04/2008 El Aljarafe central es el principal motor de la construcción sevillana
La construcción en la capital hispalense descendió un 20,9%
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
La construcción en Sevilla mantiene su balón de oxígeno en el Aljarafe central, y se caracteriza por un ritmo más pausado que el de años anteriores y por una escasa presencia de VPO. El año 2007 supuso un descenso en el visado de viviendas en la Sevilla metropolitana de un 31,8%, según el Colegio de Arquitectos de la ciudad.
Pese a que, por tamaño, la población que más volumen construye es Sevilla (3.457 visadas en 2007), en las cuatro siguientes hay relevos significativos. Si en 2006 el orden de ritmo de construcción era parejo al de la población (en segundo lugar, Dos Hermanas; en tercero, Alcalá de Guadaíra; en cuarto, Utrera; y, por último, Mairena del Aljarafe), en 2007 esta secuencia ya no se mantiene.
Dentro del Aljarafe, las áreas donde la caída es más acusada, incluso superando un descenso del 80% en el visado de nuevas construcciones, están dentro del triángulo que conforman Huévar del Aljarafe, Benacazón y Aznalcázar. Benacazón registró el mayor batacazo, con una caída del 87,5%. Cifra similar al descenso experimentado en el eje Salteras-Olivares (85%) y en Almensilla (84,2%). Pero también hay excepciones: se registran incrementos del 557% en Umbrete.
En la media (con descensos o subidas inferiores al 50%) se sitúan la propia capital hispalense (con una reducción del 20,9%), casi toda la comarca de Los Alcores. Los pueblos más asociados al crecimiento del Aljarafe (Bollullos de la Mitación, Bormujos y Mairena del Aljarafe) también desaceleran menos que la media, entre un 20% y un 28%.
Pero donde el negocio se enroca con crecimientos espectaculares es en Umbrete, con un récord que significa saltar de 49 viviendas visadas en 2006 a 202 el año pasado; Sanlúcar la Mayor, que pasa de 145 a 482, lo que significa un salto del 232%; Villanueva del Ariscal, que crece un 220% y la cada vez menos minúscula Albaida del Aljarafe, que aumenta un 450% su ritmo (de seis a 33 en el intervalo de un año). El otro eje de explosión en la edificación está en el entorno que se consideraba saturado de la primera corona del Aljarafe.