Franco (González) levanta la cabeza

La estrategia de la primera fuerza política de la región pasa en estos momentos por repetir reiteradamente que la Comunidad de Madrid será gobernada por una coalición formada por los segundos (PSOE) junto a los terceros (IU) para impedir que se haga cargo del Ejecutivo autonómico el PP, que ha obtenido 200.000 votos más que los socialistas y cerca de 1,3 millones de apoyos más que la coalición. Este es un argumento bonito y melancólico, pero irreal. Es necesario recordar que la Asamblea de Madrid es la institución encargada de decidir el nombre del próximo presidente autonómico y que la suma de 47 más 9 es superior a 55. Ceder el poder irrita y es lógico que Aguirre intente agarrarse a un clavo ardiendo para oscurecer que la democracia es la que colocará a Simancas en el cargo de responsabilidad que durante ocho años ha ocupado Alberto Ruiz-Gallardón y ser apoyado por IU no es algo ilegítimo, con independencia de las posiciones de cada uno en el País Vasco. Es mucha la irritación que están provocando las acusaciones de una de las manos derechas de la ex presidenta del Senado, el diputado electo del PP Juan José Güemes, que ha acusado al PSOE de "falta de escrúpulos" por pactar con IU, a la que acusa de "bordear los límites de la Constitución en gran parte de sus posiciones" en Euskadi. Tanta es la irritación que Franco González, todavía parlamentario de la coalición y que no repetirá por decisión de algunos de poderes fácticos de IU, presentará en los próximos días una querella contra "este fascista" por "intentar alertar a la extrema derecha y dificultar el pacto de la izquierda". A González, identificado por el diario La Razón como un "parlamentario comunista", le gusta diferenciar entre el insulto y la mentira, y las acusaciones contra él son una mentira, porque no es comunista, sino socialista. Mientras que los que decidieron quitar a este socialista integrado en IU están centrados en la negociación con la FSM para cerrar un Ejecutivo conjunto, el excluido, que no muerto, políticamente, tuvo que ponerse a trabajar. Dentro de IU se piensa que Franco González todavía puede recoger el acta de diputado regional, si se pone en práctica el modelo de incompatibilidad entre consejeros y parlamentarios, que posibilitaría que los 56 escaños necesarios para no perder ninguna votación estén siempre ocupados.