Seguridad en el metro

Hay práctica unanimidad en reconocer que el Metro es el transporte público más rápido y eficaz para los madrileños. Pero últimamente se están produciendo incidentes que afectan a algo tan fundamental como es la seguridad. El aumento en el número y longitud de las líneas, con su correspondiente reflejo en el número de usuarios, hace aumentar la inseguridad a causa de delincuentes y, sobre todo los fines de semana, por la presencia de bandas juveniles que campan a su antojo por andenes y vagones atemorizando a los viajeros.
Los servicios de seguridad del Metro se han visto, en ocasiones, desbordados. Lo sucedido hace unos días en Alcorcón es un ejemplo. Hay opiniones diversas sobre si la seguridad debe correr a cargo de los servicios internos de la compañía, de la Policía Municipal o la Nacional. Estos tres servicios pueden ser compatibles y complementarios.
La eficacia del Metro disminuye si se convierte en un medio inseguro. Hay muchos usuarios que tienen la necesidad de viajar a horas nocturnas, y que pueden verse amenazados por delincuentes o gamberros. La presencia de efectivos policiales es un buen antídoto. Los ciudadanos tienen derecho a que se ampare su seguridad tanto en la superficie de la ciudad como en el transporte subterráneo. El problema está en la insuficiencia de los medios, porque los presupuestos son limitados. Pero la inversión en seguridad siempre es rentable, tanto o más que otras partidas que se consideran fundamentales.
La Comunidad ha realizado en seguridad en los últimos años, pero la población aumenta, y aumenta también la delincuencia. Entre los factores que sirven para medir la calidad de vida de los ciudadanos está el disponer de un sistema de prevención y castigo de los delitos que les permita circular sin temores ni sobresaltos. Las encuestas señalan que la seguridad es uno de las principales preocupaciones de los madrileños. Aunar esfuerzos y coordinar actuaciones contribuirá a que esta seguridad se acreciente.