Navidad y futuro

El jueves de la semana pasada fue un día intenso para la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid. Por la mañana debatieron sobre los cambios que se pueden producir en el entorno inmobiliario en el próximo año. Un interrogante que se encuentra presente en las conversaciones de los profesionales del sector inmobiliario en los últimos meses. Existe una cierta cautela aunque no esperan que se produzca ningún cataclismo ni ninguna clase de crisis. Lo que se espera es que se mantenga una suave ralentización en la producción y en el aumento de los precios que, incluso, consideran positivos para el mercado inmobiliario. Lo que sí tienen que tener los promotores inmobiliarios es cintura para, si es necesario, estar preparados ante los nuevos tiempos y ante la exigencia de la demanda y adaptar la oferta a esos requerimientos. Los proyectos tienen que cambiar si no quieren tener problemas a la hora de comercializarse. Pero no existe demasiada sensación de preocupación aunque si es conveniente estar preparados, planificar la diversificación de producto y geográfica y explorar nuevos mercados internacionales. Algo que ya han puesto en marcha varias empresas inmobiliarias españolas en mercados emergentes. Hay algo en lo que se deben emplear con más fuerza, tanto Asprima como el resto de asociaciones, y es la defensa del buen nombre del sector y su importancia y efectos positivos en el discurrir de la economía española, para dejar claro que si se producen casos de corrupción urbanística, estos son casos aislados que pueden existir en cualquier sector.
El resto del día fue más festivo para los promotores y a la tradicional comida de estas fechas de la Junta Rectora con los principales colaboradores y patrocinadores de Asprima, siguió la Copa de Navidad en la que promotores, autoridades municipales y autonómicas, periodistas y personas relacionadas directa e indirectamente con el sector inmobiliario dejaron a un lado las cuestiones y preocupaciones del día a día y aprovecharon para estrechar lazos e intercambiar impresiones de una manera más distendida.