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Juan Carlos Andreu/ Consejero delegado de Gabitat

Project management, sector que crece

Le gusta la sopa de letras? En ese caso el menú que presentamos tiene variados platos: QS, FS, BS, PM, DM, QC, CM… Y no es un jeroglífico, estamos hablando del project management aplicado al sector inmobiliario en España. Un sector que tiene un camino por andar en materia de regulación legal y clarificación de la oferta. El mercado del project management está creciendo en España en tasas superiores al 20% anual, pero sigue siendo un gran desconocido para muchos.
Sin embargo, sólo una pequeña parte de las empresas que participan en este mercado saben realmente lo que compran, y muy pocas saben lo que están vendiendo. Si a ello le añadimos la dificultad de traducir con precisión expresiones inglesas al castellano, la confusión está servida.

El project management (PM) está fuertemente asentado en el mundo anglosajón, tanto en el sector privado como en el público, en el que incluso su empleo es obligatorio en determinados proyectos de infraestructuras para optimizar el gasto. En este marco, es muy frecuente que en un mismo proyecto participen empresas diferentes, incluso competidoras, con roles distintos.

En España, avanzamos hacia este mismo modelo, lo que nos llevará a mejoras visibles en la optimización de los recursos económicos y temporales, así como, en la calidad del producto final. Ahora, por tanto, se hace necesario dejar claro cuáles son los servicios que ofrece el project management. Cualquier proyecto, incluso los inmobiliarios, puede dividirse en cuatro fases: conceptual, definición, ejecución y desactivación.

En primer lugar, hay que hablar de development management (DM), o promoción delegada, que es sencillamente la promoción por cuenta de un tercero. No sólo se ejercen las funciones técnicas, sino también de marketing, financieras o comerciales en las cuatro fases del proyecto. Este servicio, a diferencia de otros, tiene gran arraigo en España, siendo su ejemplo más destacable la de gestor de cooperativas y comunidades. Esta figura lleva a cabo la promoción por cuenta de la cooperativa o comunidad desde el principio hasta el final.

En segundo lugar, hay que hablar de project management (PM), o dirección de proyecto, que es, básicamente, el departamento técnico interno o externo de un cliente. Su misión fundamental consiste en optimizar todos los recursos asignados al proyecto por el cliente desde el principio hasta el final, por tanto, también se encuentra presente en las cuatro fases del mismo.

El construction management (CM), o dirección de construcción, es el servicio responsable de dirigir lo que todos conocemos por la “obra”, ya sea realizada por un único contratista o por paquetes. Más técnicamente correspondería a la fase de ejecución de un proyecto inmobiliario, de acuerdo con la opinión doctrinal mayoritaria.

En el ámbito privado, es necesario que ofertantes y demandantes hablemos un mismo idioma para crear un mercado homogéneo, transparente y eficaz. En el ámbito público, es imprescindible una adecuada regulación legal. La Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) debería haber incluido al project manager entre los agentes del proceso edificatorio, lo que hubiera permitido delimitar sus responsabilidades. Además, la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas (LCAP), tal y como ha puesto de manifiesto la Comisión de Expertos para el Estudio y diagnóstico de la Situación de la Contratación Pública, debiera incorporar esta metodología de optimización de recursos para, entre otras cosas, la reducción del gasto sin reducir servicios a los ciudadanos.

Aún quedan más ingredientes de esta sopa de letras que iremos sirviendo en próximos platos.
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