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Gustavo de Lio/ director de inversiones internacionales de Forcadell

Barcelona: reserva de valor

El mercado inmobiliario de Barcelona se ha consolidado como una reserva de valor de inversiones a nivel español, europeo y global, lo que ha determinado tendencias muy marcadas en la evolución de los precios y rentabilidades con un sentido lógico muy patente.
En el sector de oficinas, la presión permanente de la demanda de inversores locales y extranjeros por la compra de edificios en zonas prime, alquilados total o parcialmente, ha provocado un sólido sostenimiento de los precios de venta, aunque los valores de alquileres hayan experimentado ajustes moderados. Las rentas de oficinas en Barcelona, al igual que en los principales mercados inmobiliarios del mundo, han caído, aunque en menor medida que en otras plazas (16% desde 2001). Contrariamente, los precios de venta por metro cuadrado en zonas prime no sólo no se han reducido, sino que, al mantenerse en niveles superiores a los de 2001, recientemente estabilizados, las rentabilidades de las nuevas inversiones en este tipo de inmuebles han caído desde un 6,5% en 2001 hasta un 5,5% en 2004. Más aún, en los últimos 15 meses se han cerrado operaciones de inversión en edificios de oficinas por debajo del 5%, con contratos de alquiler a medio y largo plazo, y en algunos casos aceptándose una importante tasa de desocupación.

En el sector industrial, la tendencia es similar, aunque aún más positiva, dado que, a diferencia de las oficinas, los precios de alquiler continuaron incrementándose levemente hasta mediados de 2003. Cabe destacar que, también gracias al impulso de la demanda de inversión, desde 2001, la rentabilidad de las naves industriales de nueva adquisición ha pasado del 8% al 7,5%, lo que pone de manifiesto, una vez más, la preferencia del mercado inmobiliario barcelonés como reserva de valor para inversores.

En retail, los locales ubicados en zonas y tramos de calle prime prácticamente han pasado a ser activos no disponibles para su venta, dado que quien los posee no está dispuesto a desprenderse de ellos, ni siquiera ante quienes aceptarían una rentabilidad inferior al 3,5%. Esto explica que las pocas transacciones de locales que se han efectuado en zonas prime, se hayan realizado a rentabilidades en torno al 3,5%, cuando hasta 2001 se efectuaban al 5%. Una vez más, esto es el resultado de la presión ejercida por la demanda de inversión sobre locales a pie de calle, tanto como unidades separadas como parte integrante de edificios de otro uso, que difícilmente los propietarios desean vender.

Estas tendencias de presión continuada de la demanda de inversión sobre inmuebles comerciales prime en Barcelona, también se ha producido en el sector residencial. Cada vez más, las principales áreas residenciales de Barcelona son objeto de compra por parte de grandes, medianos y pequeños inversores, principalmente locales, aunque también algunos extranjeros, que han visto producirse un crecimiento de más del 100% entre los precios de venta anteriores a 2000 y los de finales de 2003. Los precios de alquiler se han mantenido estables desde 2002 hasta el presente ejercicio. Por lo tanto, la rentabilidad tradicional de residencial prime en Barcelona (6%), en la actualidad se sitúa entre el 3%-4%, lo que es igualmente satisfactorio para un inversor.

En definitiva, el mercado inmobiliario de Barcelona, en sus distintos sectores, se ha convertido en un destino preferido para inversores locales y extranjeros, particulares e institucionales, que buscan preservar el valor de sus activos a largo plazo, aceptando rendimientos presentes moderados, y que apuestan, al mismo tiempo, por la capacidad de Barcelona como polo de atracción permanente de negocios y personas, más allá de los ciclos de la economía global.
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