España cruza la línea y se sitúa entre los países inversores
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
España ha cambiado su papel en el mercado inmobiliario. 2003 ha sido el primer año en el que ha aparecido como inversor, dejando paso, como principales destinos, a China, India y Europa del Este.
Hasta el pasado año, España era uno de los principales destinos de inversión en el sector inmobiliario. Su situación económica e industrial con respecto a los principales países de la Unión Europea y su gran capacidad de desarrollo lo convertían en un país rentable para la inversión en infraestructuras, centros comerciales y viviendas, entre otras actividades.
Pero en 2003 la situación ha comenzado a cambiar. La fortaleza económica de España y las políticas de externalización de sus principales empresas han hecho que deje de ser “receptor” de capital para empezar a ser “emisor” del flujo económico.
Con la entrada de los nuevos países en la Unión Europea y el potencial de crecimiento de los latinoamericanos (México, Chile y Brasil, especialmente), España ha dejado de estar “por debajo” del resto para situarse entre los más privilegiados, por lo que, a partir de ahora, tendrá la obligación, ya que dispone de medios suficientes, de potenciar el desarrollo de otros países y sacar con ello importantes beneficios.
Pero la dirección del flujo económico no sólo ha cambiado en la Península Ibérica. En 2002, las zonas que parecían tener más potencial para el crecimiento eran Latinoamérica, China, Corea y Europa del Este. La mayoría de estas áreas siguen siendo puntos fundamentales en cuanto a inversión inmobiliaria, salvo en el caso de Corea, que parece haberse estancado. En su lugar ha aparecido India, que además empieza a despuntar, junto a China, en el mercado mundial.
La recuperación económica de Japón, que va poco a poco situando de nuevo al país entre los primeros del mundo, y su cercanía con China, han dado lugar a importantes intercambios entre ambos países y han contribuido a incrementar, inevitablemente, las diferencias que ya existían entre las distintas regiones asiáticas. Las exportaciones hacia China están contribuyendo al fortalecimiento de Japón y al crecimiento de su país vecino, que saca ya una gran ventaja a las zonas que, hasta hace poco tiempo, estaban en su mismo nivel de desarrollo.
En cuanto a los países del este, a pesar de que actualmente no aportan demasiado, a nivel productivo, a la Unión Europea, tienen unos ratios de crecimiento muy importantes, tanto para ellos como para las empresas extranjeras que están invirtiendo en ellos. Los ejemplos más significativos de este fuerte crecimiento son la República Checa, Polonia y Hungría.
Por otro lado, el cambio de receptor a inversor de España no está determinado por la actividad de las empresas nacionales en sus vecinos europeos, sino por un aumento de sus negocios en los países latinoamericanos. Este es el primer año que España figura a este lado del mercado inversor, por lo que es lógico que, por el momento, no tenga una presencia significativa ni en estos países, ni en China o ?India.