Premiados por cuidar el Patrimonio

Ante la necesidad de fomentar la conservación y el cuidado del patrimonio, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (MECD) otorga anualmente el Premio Ciudades Patrimonio de la Humanidad, que este año ha recaído en los ayuntamientos de Tarragona y Cáceres.

Este galardón, creado en 2002, reconoce las iniciativas públicas y privadas destinadas a la conservación y restauración del patrimonio histórico y sirve, además, para valorar la revitalización social de los conjuntos históricos y la vida de las ciudades patrimoniales.

El primer premio, dotado con 15.025 euros, ha sido concedido al Ayuntamiento de Tarragona, que ha puesto en marcha un espectacular proyecto de recuperación del Circo Romano. Según los expertos del Ministerio, se trata de “un magnífico ejemplo del esfuerzo continuado de años de esta institución en la labor de recuperación y puesta en valor del patrimonio arqueológico de la ciudad”. El circo se conserva desde el siglo I, cuando fue construido con la finalidad de albergar carreras de carros. Actualmente, están en pie gran parte de sus arcadas y de las gradas, restos de la fachada exterior y del podio y algunas monumentales puertas de acceso al edificio.

El Ayuntamiento de Cáceres ha recibido el segundo premio, como reconocimiento “a la labor permanente de mantener el carácter y la personalidad de la ciudad antigua y su relación con el entorno, habiendo conseguido un perfecto equilibrio entre la ciudad edificada, los espacios abiertos y el mobiliario urbano, y reconociendo asimismo su especial atención a los jardines interiores”. Para recompensar al Consistorio extremeño por estos trabajos, se le ha hecho entrega también de 15.025 euros.

El jurado de este galardón, presidido por Joaquín Puig de la Bellacasa, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales del MECD, ha estado compuesto en su edición 2003 por Pedro Navascués y de Palacio, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando; José María Losada Aranguren, vicepresidente del consejo del Centro Internacional de Estudios de Conservación y Restauración de los Bienes Culturales (ICROM); Carmen Añón Feliú, especialista en jardines históricos; Javier Rivera Blanco, catedrático de la Universidad de Valladolid; Juan Miguel Hernández León, profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid; Enrique Baquedano Pérez, director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid; y Luis Lafuente Batanero, subdirector general de Protección del Patrimonio Histórico del MECD.