villa y corte/ Alberto Delgado
R-2 y AVE: fallos subsanables
La puesta en servicio de la nueva autopista de peaje R-2 (Guadalajara-Madrid) se ha iniciado con problemas, que han sido reseñados en los medios informativos. Una señalización manifiestamente mejorable, atascos en los puntos de pago, por deficiencias en los tele-peajes, que obligaron a pasar por taquilla a los que se habían procurado el transmisor para no tener que hacerlo, y embotellamientos en la salida de Alcalá de Henares.
Según señalaba “El País”, la R-2 ahorró en su primer día de funcionamiento sólo 13 minutos a un conductor frente al que circulaba por la carretera de Barcelona. Entre esos 13 minutos, y los 40 que proclama en su campaña publicitaria el Ministerio de Fomento hay una gran diferencia. Pero es una diferencia salvable, cuando se vayan corrigiendo las deficiencias de los primeros días.
Lo importante, aparte de estos hechos anecdóticos, que pueden y deben subsanarse, es que la R-2 era necesaria para facilitar el tráfico de los automovilistas que, si echan las cuentas, reconocerán que el ahorro en tiempo y combustible compensan de unas tarifas no precisamente baratas, y que servirá para descongestionar una carretera, la N-II, que ha sido calificada como la de la vergüenza. No olvidemos que se trata de una vía alternativa, y por tanto voluntaria. Cada conductor es muy dueño de optar por la solución que más convenga a sus intereses.
También la puesta en servicio del AVE a Lleida, primer paso en su todavía lejano final en Barcelona, tuvo ligeras deficiencias, y limitaciones de velocidad hasta que se implanten los nuevos sistemas y vagones. Pero nadie discutirá que el AVE es uno de los mejores y más eficaces transportes del presente y el futuro. Los sufridos viajeros en avión desde Madrid a Barcelona y viceversa, que llevan muchos años soportando molestias sin cuento: traslado al aeropuerto, esperas y retrasos, aguardan impacientes el momento en el que el AVE a Barcelona, y a Valencia, sea una realidad. El ejemplo de Sevilla está a la vista. Es algo más que una alternativa al transporte aéreo.