El proyecto ha supuesto una inversión de 40 millones
El puerto de Barcelona
estrena la nueva bocana
norte tras 45 meses de obras
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El puerto de Barcelona ya dispone de una nueva bocana, la norte, que le permite un acceso directo al mar desde el Puerto Viejo (Port Vell). La obra, que ha costado 40,30 millones de euros y ha supuesto 45 meses de trabajo, permite reordenar el tránsito dentro del recinto portuario, hacerlo más seguro y reducir el trayecto de los barcos.
Josep Ferrer
Barcelona
La nueva bocana norte del puerto barcelonés puede suponer un ahorro de tiempo de entre 30 y 45 minutos para los barcos que atraquen en Port Vell, un atajo que aún será más decisivo cuando se haya completado la ampliación de los muelles en dos kilómetros hacia el sur, lo que situará la bocana de uso ordinario para los mercantes a la altura de la actual desembocadura del río Llobregat.
Disponer de una salida directa al mar permite ahora, entre otras ventajas, dar más seguridad y fluidez dentro del puerto, segregar el tráfico y una mejor renovación de las aguas del Port Vell.
Otras virtudes medioambientales de la nueva bocana son que el nuevo dique favorecerá la retención de arena en las playas de Sant Sebastiá y la Barceloneta, afectadas por la dinámica de las corrientes norte-sur. La construcción actúa igualmente como resguardo sobre los vientos que afectan a estas playas, según han explicado fuentes de la Autoridad Portuaria de Barcelona.
Para construir la bocana hizo falta derribar un tramo del muelle de Levante y quedó cortado al tráfico el rompeolas. Simultáneamente, se ha colocado, a 15 metros bajo las aguas, una galería de servicios de 175 metros de largo que permite el paso de los empleados de mantenimiento.
Posteriormente, cuando hayan finalizado los trabajos de acceso desde la plaza del Carbó, el rompeolas volverá a ser un lugar de paseo para los barceloneses. El resultado de la obra es un canal de navegación de 145 metros de ancho y 11,5 de calado.
La bocana está protegida por un dique de abrigo, detrás del cual habrá una explanada de seis hectáreas destinada al hotel en forma de vela diseñado por el arquitecto catalán Ricardo Bofill. El edificio aún no ha sido adjudicado, al quedar desierto el concurso. El espacio, donde en el futuro se ha previsto situar un complejo de oficinas, restaurantes y otros servicios, está destinado a convertirse en un balcón privilegiado de la ciudad sobre el mar.
La apertura de la nueva bocana está incluida en el Plan Director del Puerto de Barcelona, aprobado en 1989. Con una inversión global de 1.773 millones de euros, prevé doblar la superficie marítima del recinto y multiplicar por 2,3 la terrestre cuando esté del todo ejecutado, en el año 2011.