como la vida misma/Arturo Ruibal
Ser o no ser
Los socialistas se preguntan si en realidad han ganado en la Comunidad de Madrid

Hemos ganado o hemos perdido?", se preguntaba una voz socialista. Zapatero tragó saliva ante la perspectiva de que la desconfianza corriese por las filas de su partido.
Y cogiendo la cabeza de Simancas se preguntó: "Ganar o no ganar, he ahí la cuestión de que dependen nuestras vidas. ¿Puedes tú, Rafael amigo, explicarme qué ha pasado en Madrid, pues teniendo tú el sillón dicen que has fracasado y habiendo ellos perdido presumen de su triunfo?" Trinidad, que vertía en un rincón amargas lágrimas, se acercó a su jefe: "En democracia, Jozé Luí, no hay que tener miedo a perder", "déjate de bromas, Trini". Mientras tanto, en el centro de la estancia se libraba una despiadada batalla. Tres hombres en ascenso, desde las pasadas elecciones alcaldes de Parla, Fuenlabrada y Alcorcón, se sienten respaldados por Zapatero y Pepe "Fouché" Blanco para convertirse en los líderes de Madrid Sur, aunque para ello deban eliminar a la vieja guardia que encarnan el alcalde de Pinto y, sobre todo, el getafense Pedro Castro. Este, recordando viejas afinidades guerristas, puso en un santiamén la cabeza de Simancas sobre su cuerpo, logrando así que el secretario de la FSM recobrase su autoestima y se dispusiese a gobernar la Comunidad. "Nos faltan los escaños de IU", recordó Caballero, alcalde perpetuo de Alcobendas. Y él mismo, de acuerdo con Pérez Ráez, prepararon la escalera que debía conducirles hasta los dominios de Fausto-Llamazares. Un trío de innombrables que había perdido las alcaldías de Móstoles, Alcalá y Arganda iniciaban entre lamentos la flagelación a que el Comité de Disciplina les había condenado, mientras Zapatero volvía a su duda eterna: "Ganar o no ganar, he ahí..."