La lenta recuperación de Alemania a medio plazo

En primer lugar, y según el Instituto de Investigación Económica alemán, la confianza empresarial volvió a subir en febrero, después de hacerlo en enero, por vez primera tras 18 meses consecutivos de bajada. El indicador adelantado se colocó en los 88,9 puntos, frente a los 87,4 alcanzados en enero.
En segundo término, supimos que el PIB alemán permaneció estancado durante el último trimestre, respecto al precedente. Este dato representa un incremento del 0,5% con respecto al mismo mes del año anterior.
Estas cifras parecen apuntar una mejora en la considerada como mayor economía de Europa, pero no deberíamos llevarnos a engaño y pensar que estamos ante la recuperación definitiva de Alemania.
Para empezar a hablar de cambio de tendencia haría falta que este repunte en la confianza durase al menos un mes más. El problema reside en que, precisamente en ese mes, existe una probabilidad bastante elevada de comenzar una guerra.
Este escenario prebélico no parece ser el más idóneo para recuperar la confianza económica, menos aún si tenemos en cuenta que la tensión está provocando una fuerte revalorización del euro sobre el dólar, lo cual perjudica de manera muy notable a las exportaciones alemanas que, recordamos, representan un tercera parte del PIB del país germano.
Con este panorama, algo más alentador en lo puramente económico, pero cada vez más negro en lo político y empresarial, nuevamente aparecen escándalos financieros, las Bolsas del viejo continente volvieron a registrar pérdidas generalizadas en todos sus índices.
El Eurostoxx-50 ronda peligrosamente los 2.000 puntos, perdiendo en una semana alrededor del 8%, y no tiene visos de recuperación próxima. Por su parte, el Eurostoxx de construcción se aproxima a la barrera de los 130 puntos, perdiendo en la semana (del 18 al 25 de febrero) un 6%.