A vueltas con el agua

De hecho, fue una de los primeros asuntos que llevó al Congreso de los Diputados. Pues bien, dos años después de su llegada al Ministerio de Medio Ambiente, la ministra Cristina Narbona no termina por definir una política clara en materia de agua y todavía no se conoce una alternativa coherente a la anterior, eliminada por el Gobierno, y más en un momento de graves problemas de abastecimiento ante la importante sequía que hemos vivido recientemente.

Nuestros embalses se encuentran en cotas mínimas y las posibilidades de recuperación disminuyen día a día, puesto que la época invernal de lluvias terminará en poco tiempo y se acerca la temporada estival, sin que se vislumbre un panorama más esperanzador. Si se mantiene el ritmo de precipitaciones, es más que probable que se produzcan restricciones de agua en algunas poblaciones y el campo se vea afectado porque no habrá agua suficiente para poder regar los cultivos del campo español.

El objetivo de la ministra es que se garantice el consumo humano en todas las poblaciones, aunque para ello sea necesario restringir el volumen de agua destinado al riego, por lo que los agricultores de las zonas que se vean más afectadas por la sequía van a pasar serias dificultades para sacar adelante sus cosechas.

Y, mientras tanto, la ministra se muestra cada vez más inaccesible. Ha pasado de ser una persona que siempre estaba dispuesta al contacto con todo el mundo antes de su llegada al Gobierno, incluso cuando ocupaba puestos de responsabilidad en los equipos de Felipe González, a encerrarse cada vez más en el Ministerio, suponemos que abrumada por el trabajo y la responsabilidad. Todavía, y si Zapatero no opina lo contrario, tiene dos años por delante para rectificar.