Se escapa 2005 con tres buenas noticias para los españoles en general: la primera, el nacimiento de Leonor de Borbón, primogénita del príncipe de Asturias y sucesora de su padre, siempre que se adecue la Constitución a los actuales tiempos y se deje de privilegiar al varón por encima de la mujer, en lo que a sucesión regia se trata.
La segunda, la marcha de nuestra economía, que, pese a las dificultades de la balanza exterior, mantiene un crecimiento del PIB por encima del 3,5%; y la tercera, que ETA sigue sin matar, ya sea por incapacidad, decisión coyuntural mientras "negocia" políticamente, o por haber comprendido que con el asesinato no se consigue nada, salvo el dolor de las víctimas.
Junto a las buenas, las malas, que van por barrios: la peor para el Gobierno, para su presidente y para el PSOE, que han visto cómo su crédito político y social caía en picado tras las vacaciones, víctimas de la llegada al Congreso de los Diputados del proyecto de nuevo Estatuto catalán. Regular sólo para el PP, que, si bien recorta la enorme diferencia que le separaba de los socialistas, se queda en el empate técnico, sin que su líder,
Mariano Rajoy, consiga nuevos y necesarios apoyos, y debe prepararse para un año de oposición que pondrá a prueba la resistencia de la "campaña total" que ha lanzado contra el Ejecutivo.
Un año que se despide bajo la preocupación constitucional e institucional que ha causado el nuevo marco que pretenden los partidos políticos catalanes y que se ha extendido a todo el cuerpo social; con un Gobierno puesto en la hoguera desde la propia Presidencia, enfrentado a la mayoría de los medios de comunicación y empresas informativas; y con uno de nuestros mejores y mayores activos para la propia convivencia y el diálogo, y como instrumento de influencia a nivel internacional, como es el idioma español, sometido a nuevos y renovados ataques tanto en España como en Europa.
El blog del escándaloEl pasado fin de semana "colgaba" en mi blog de "Periodista Digital" una pequeña crónica acerca de las maldades, rumores, insinuaciones y "noticias" que llenan el Madrid del poder. En menos de 48 horas, más de setenta internautas opinaban, se peleaban y buscaban nuevos argumentos que añadir a la pelea PSOE-PP. Juzguen ustedes si era para tanto lío:Nada más comenzar septiembre una llamada me aseguró algo que creía casi imposible: los dos expresidentes,
González y
Aznar, se habían citado en un hotel de Bruselas para analizar la situación en España e intentar reconducir la acción del Gobierno
Zapatero y de sus respectivos partidos.
Ni
González estaba contento con la política y el rumbo de
Zapatero, ni
Aznar lo estaba con la oposición que estaba haciendo
Rajoy. Detrás de los dos y desde la lejana cercanía de Washingtón, estaría el entramado de poder que dirige la política del Imperio.
Intentar confirmar esa "noticia" me llevó a ver a algunas personas y a llamar a otras. Ni desde Moncloa, ni desde Ferraz, ni desde el entorno del expresidente socialista pudieron confirmar (ni tampoco negar, es verdad) que
Felipe González hubiera viajado en la segunda quincena del mes de agosto a la capital comunitaria.
Y otro tanto me pasó con la propia familia del ex-presidente popular, que había estado veraneando en la finca de
Abel Matutes, a apenas dos kilómetros de mi propia casa en Ibiza.
Ante la imposibilidad de una confirmación política o personal, decidí guardar la llamada en el baúl de los rumores más o menos suculentos con el que viajamos los periodistas.
Y ahora, sesenta días más tarde, me encuentro con otra de esas confidencias que no tienen "fuente" a mencionar por más credibilidad que le otorgues. Esos "gargantas profundas" que se dedican a iluminar el camino pero a quien no puedes descubrir hasta que pasen veinte años.
Esta vez la noticia-rumor entra en el terreno de lo que podemos llamar "el golpe de estado democrático", si es que es posible juntar una actitud y unas pretensiones que se saltan las reglas de juego, aunque lo hagan sin sangre y sin tanques, con la continuidad del propio estado democrático, que no sólo debe serlo, tambien parecerlo.
Y aquí va el "análisis operativo" que llega -dicen- desde la Casa Blanca. Hace falta un cambio en España, que además lo desearían la gran mayoría de los españoles y de su clase política.
Si
Zapatero no cambia su rumbo, y no parece que lo desee, ni pueda convencérsele, habrá que cambiarle a él. Para ello se deja entrar en la carrera del cambio a una liebre, en este caso
José Bono, para luego, mientras el cazador
ZP y los suyos la persiguen, que aparezca el "tapado" que no sería otro, que el recurrente
Javier Solana.
Como el cambio no se puede hacer sin elecciones por medio, pues se fuerza la disolución de las Cámaras, se convoca a las urnas y ya está: el PSOE elige por descarte de
Bono a
Solana, y todos tan contentos.
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