Reorganización con sorpresa

Estos dos funcionarios municipales ya habían ocupado puestos de responsabilidad en el equipo del anterior concejal de Urbanismo, Ignacio del Río.

Este es el nuevo organigrama que se anunció tras la última Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid. No obstante, el alcalde se reservaba una sorpresa, que se filtró oportunamente a un periódico editado en la capital: la desaparición de la Empresa Municipal del Suelo (que, en principio, se iba a integrar en la Empresa Municipal de la Vivienda) se convertía en una fusión con una nueva dirección vertical y un único consejero de la confianza de Pilar Martínez. La idea inicial, o al menos la que se había transmitido al concejal de Vivienda y hasta ahora presidente de la EMV, Sigfrido Herráez, era que la concejala iba a presidir la empresa, él iba a ser el vicepresidente ejecutivo, y se iban a nombrar dos consejeros delegados, uno con competencias en materia de suelo, Juan José de Gracia, y otro en materia de vivienda, Fernando Nasarre. Y esto último ha sido la sorpresa porque, al final, se ha subordinado a Nasarre, nombrado por Herráez, a De Gracia.

La decisión, recibida con sorpresa por Herráez, ha sido interpretada desde el PP como una reacción de Gallardón y su equipo de confianza tras la celebración de los congresos de Madrid y nacional, en los que el regidor madrileño ha quedado totalmente relegado. Aunque se ha intentado transmitir la idea de que Herráez mantiene el control de la EMV y sus competencias en materia de vivienda, el PP madrileño ha tomado nota de la, a su juicio, nueva salida de tono de Gallardón.