La ejecución de la obra ha supuesto una inversión de 400 millones
Eiffage abre al tráfico el puente de Millau un mes antes de lo previsto
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
El puente de Millau no sólo es una obra importante por su espectacularidad, sino por ser la solución para completar la autopista A75, que fue inaugurada el 16 de diciembre. La construcción del viaducto, que ha supuesto una inversión de 400 millones, ha sido financiada íntegramente por la concesionaria, Eiffage.
Lucía Sierra
París
La construcción de la autopista A75, que une Clermont-Ferrand con Béziers, ha costado 15 años de estudios y trabajo, pero finalmente la región podrá salir de su aislamiento mediante la sustitución de la Nacional 9 por una autopista.
En 1998, el Gobierno francés convocó un concurso público para la construcción del Viaducto de Millau, la mayor obra del eje, no sólo por ser la más llamativa, sino porque permitió un avance fundamental en la ejecución del proyecto general de la autopista.
El pasado día 16 de diciembre vio la luz, para los usuarios, esta nueva ruta europea sin semáforos, gracias a la inauguración del viaducto, la barrera de peaje y su centro de explotación, casi un mes antes de lo previsto. Además de acabar con el aislamiento de esta región francesa, esta infraestructura agilizará el tráfico en una zona especialmente conflictiva en los meses estivales.
A nivel local, la nueva carretera ahorrará al usuario un mínimo de 30 minutos en el paso de los desfiladeros del Tarn y hasta 4 horas durante algunos fines de semana; y, a nivel europeo, se ganará tiempo en las rutas París-Barcelona y Amsterdam-Bruselas-Perpignán-Barcelona.
El grupo Eiffage, concesionario de la construcción, ha asumido la totalidad de la financiación, unos 400 millones de euros, y se encargará de su explotación durante 75 años. El viaducto de Millau, ideado por el ingeniero Michel Virlogeux, dentro de una obra concebida en su globalidad por Norman Foster, es el puente más alto del mundo, con 245 metros de altura.