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Roberto Pastrana

Legalizar un salón de bodas

Ioannes Osorio y Bertrán de Lis, duque de Alburquerque, y su hermano Juan Miguel, propietarios de la finca Soto de Mozanaque, situada en la ribera del río Jarama, a su paso por el municipio madrileño de Algete, siguen intentando legalizar el cambio de calificación urbanística de la Casona del Soto, situada en suelo no urbanizable de especial protección del Parque Fluvial de la Vega del Jarama, tras más de dos años de papeleo en la Comunidad de Madrid.
El duque de Alburquerque mantiene en la finca uno de los pocos campos de polo que hay en España, y donde va a jugar lo más granado de la alta sociedad, pero para mantenerlo tuvo que acondicionar la casona antigua para organizar grandes actos sociales y banquetes de bodas, así como otras actividades relacionadas con el turismo rural, lo que le permite acceder a las subvenciones regionales y a las desgravaciones fiscales correspondientes.

El Ayuntamiento de Algete, presidido por el socialista Jesús Herrera, no ha puesto pegas a los cambios de calificación urbanística, pero la realidad es que el expediente lleva más de dos años en tramitación, ya que Medio Ambiente exigió que se hiciera una evaluación de impacto ambiental para preservar el ámbito del río Jarama.

Las instalaciones llevan, a pesar de los retrasos burocráticos, varios años funcionando a pleno rendimiento. Aquí se celebró el banquete de bodas de la cantante Marta Sánchez con Jesús Cabanas y hace poco cerró la casona Manuel March Cencillo para celebrar su 50 aniversario con más de 300 invitados.

El duque de Alburquerque se divorció en 2001 de Beatriz Lataliste para volver a casarse con Blanca Suelves, hija de los marqueses de Tamarit y hermana de María, divorciada de Francisco Franco. El padre del duque, Beltrán Osorio, trasladó, en 1998, el archivo familiar desde el palacio que tenía en el paseo de Recoletos, en Madrid, al pueblo segoviano de Cuéllar.
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