Gema Fernández
Eficiencia energética

El Gobierno pretende aprobar a principios del próximo año una normativa para mejorar el comportamiento energético de los edificios. El objetivo es intentar reducir el consumo de energía en el sector de la construcción. En principio, esta medida podría ser buena, ya que el sector constructor es el responsable directo del 27% del gasto energético del planeta y de forma indirecta se le responsabiliza de más del 60% de este consumo.
Teniendo en cuenta que el mayor problema actual de nuestra sociedad global es el consumo de energía, es evidente que se hace necesario reducir al máximo el gasto energético.
Sin embargo, esta nueva normativa podría servir de excusa a algunos promotores para subir el precio final de las viviendas. De hecho, algunos de ellos ya hablan de que su aplicación supondría un sobrecoste de casi 4.000 euros. Algunos arquitectos, como Luis de Garrido, no se muestran de acuerdo con estas cifras, ya que sus cálculos apuntan a una cantidad bastante más reducida, concretamente, una entre los 372 euros y los 660 euros.
Además, se hace necesario un periodo de adaptación a la nueva legislación para todos los implicados en el proceso inmobiliario, desde el arquitecto hasta el comprador final. Porque de nada sirve una caldera energéticamente más efectiva si dejamos las ventanas abiertas, por ejemplo.
‘Lo verde’ se ha puesto de moda, y es importante diferenciar si se trata de una tendencia pasajera, como las colecciones que cada temporada presentan los grandes diseñadores, o si, por el contrario, todos estamos concienciados de la necesidad de tomar medidas ante un problema acuciante como es la destrucción de la capa de ozono y los niveles de contaminación a los que nos sometemos en nuestros quehaceres diarios. Eso sí, como en todo, primero hay que educar, concienciar a unos y a otros, consumidores y creadores (o constructores).
La Administración debe encontrar el término medio que satisfaga a todos y no ‘desnudar a un santo para vestir a otro’.