Arquitectura para todos

Quizás el nombre de Ricardo Bofill sea más conocido para algunos, pero no por sus diseños arquitectónicos, sino por la controvertida imagen social de su hijo, el también arquitecto -al menos eso dice su título- Ricardito Bofill, más conocido en la prensa rosa por ser el ex marido de Chabeli, o por su reciente romance con la cantante mexicana Paulina Rubio. ¿Y a quién no se le han removido las entrañas ante una de las famosas obras de Gaudí? Porque hay que reconocer que los diseños del arquitecto catalán no dejan impasible a nadie, ya sea porque provocan una pasión incontrolada por su arte o un rechazo igual de patente.

Todos vivimos, trabajamos y caminamos en y junto a edificios todos los días. Cada uno tiene un diseño distinto, unos nos agradan y otros nos parecen más feos, pero la mayoría de las veces pasamos ante ellos, o incluso entramos en su interior, sin prestarles atención. El ya habitual estrés que caracteriza a la sociedad de hoy en día no nos permite admirar la belleza, para muchos fealdad, de la ciudad que nos rodea.

En los últimos años, nuestras ciudades se están vistiendo de gala; se ponen bonitas para que el habitante diario y el turista ocasional disfruten de su belleza. Como para cada gusto hay un color distinto, ocurre lo mismo en todas las cosas de la vida. Quizá debamos pararnos un poco más y admirar lo que nos rodea, aunque sea para apreciar que no nos gusta, porque para tener opinión sobre algo hay que conocerlo primero. Una iniciativa como las puertas abiertas del Día Mundial de la Arquitectura, que ha resultado un éxito, por cierto, me parece una gran idea para introducirnos a todos en este arte.