Un sector con plantas industriales en el 90% de las regiones
Kioto obliga a las grandes cementeras a reducir sus emisiones
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
La edad de oro del sector cementero español, que ha duplicado su producción y consumo en la última década gracias al 'boom' de las construcción, amenaza con terminar. Los compromisos medioambientales de Kioto obligarán a las grandes cementeras a reducir sus emisiones de gases de forma drástica mientras el parón previsto en la construcción ralentiza ya la demanda.
La fuerte subida del petróleo, su principal fuente de energía, es un problema añadido. España consumió en el 2003 más de 46 millones de toneladas, de las que tres millones se quedaron en Castilla y León. El sector cementero está controlado por grandes grupos nacionales como Portland o Molins junto a multinacionales como Lafarge Asland., Cemex, Holcim o Cimpor.
El sector cementero, presente con plantas industriales en el 90% de las regiones españolas, vive momentos de incertidumbre.
Menos producción. El protocolo de Kioto con el que ha comprometido España exige a las grandes industrias, desde siderurgias y centrales eléctricas a cementeras, la reducción progresiva de sus emisiones de CO2 a la atmósfera de aquí al 2010. Algunos grupos cementeros como Molins, líder en ventas en Cataluña, ya han anunciado que reducirán su producción en unas 100.000 toneladas anuales para cumplir con su cuota de emisiones. En los procesos internos de las cementeras las emisiones pueden alcanzar los 700 kilos de CO2 por cada tonelada de cemento producido.
Consumo de energía. El sector cementero es uno de los que realiza un mayor consumo de energía eléctrica en sus procesos de producción. Aunque las mejoras tecnológicas han permitido una reducción considerable de hornos y un aumento de la producción.
Según datos de Oficemen, la patronal del sector cementero que agrupa a las grandes empresas, de 143 hornos cementeros en el año 1975 se ha pasado actualmente a 53. La reducción del consumo de energía también ha sido drástica en las últimas décadas aunque el sector sigue dependiendo en exceso del petróleo como fuente principal de energía.
Importaciones baratas. En los últimos años, la fuerte demanda de cemento se ha cubierto sobre todo con el aumento de la capacidad de los hornos existentes y con importaciones a bajo precio de países del Este y Turquía. En los últimos años estas compras han llegado a los tres millones de toneladas de cemento y más de 4,5 millones de toneladas de clinker, el material base para la fabricación del cemento.