Plantea elevar el objetivo de esta energía de 13.000 megawatios instalados a 20.000 en el año 2011
El Gobierno apuesta por la eólica para desalar
lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
La sustitución del trasvase del Ebro por la construcción de 20 desaladoras a lo largo del litoral levantino ha puesto sobre la mesa los inconvenientes de este método para dotar de agua al levante español. El principal problema es la gran cantidad de energía que consumen las desaladoras, para lo cual el Gobierno ha planteado elevar a 20.000 megawatios (Mw) el objetivo de energía eólica instalada, frente a los 13.000 Mw previstos para 2011 en el Plan de Fomento de las Energías Renovables, vinculando la energía eólica a la desalación.
“Es un tema muy complejo, puesto que un parque eólico es rentable si produce durante 2.300 horas al año, y no todos los emplazamientos cercanos a las desaladoras cuentan con esa producción”, señalan desde la Plataforma Empresarial Eólica (PEE). “Lo que ocurre es que en estos casos no se busca una rentabilidad económica, sino medioambiental, que es diferente”, añaden.
En la misma línea, el director del programa de energía eólica del Centro de Investigaciones Energéticas Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), Ignacio Cruz Cruz, asegura que la desalación mediante energía eólica es “técnicamente viable, si bien el precio de este agua sube un poco”.
“Nosotros apoyamos esta medida, aunque sólo sea por los beneficios que obtendrían las localidades vecinas por el reforzamiento de la red eléctrica, que evitaría las caídas de tensión”, aseguran desde la PEE.
Múltiples factores.- Pero hay otros elementos que quedan por determinar, como son el diseño de las desaladoras, que podrían seguir siendo por ósmosis inversa o aplicar otra técnica de menor consumo, o la posibilidad de obtener la energía de parques eólicos marinos.
“Aquí confluyen muchos factores, como son el incremento de los costes de instalación, los intereses económicos ligados a la piscicultura y la posibilidad de aprovechar las instalaciones eólicas marinas para facilitar la evacuación de la salmuera”, explican fuentes de la asociación.
Si la instalación de un megawatio eólico cuesta un millón de euros, al trasladar la instalación a alta mar los costes se sitúan entre 1,60 y 1,80 millones, debido a que necesita estar perfectamente estanca, protección contra la corrosión y un mantenimiento más caro por su localización, además de los sistemas de evacuación de la energía, que requieren una instalación submarina. “Hay que tener en cuenta que España apenas tiene plataforma continental”, dicen en la PEE.
Estos incrementos de costes podrían compensarse con la instalación de piscifactorías en la base de los aerogeneradores donde, de forma natural, se crean arrecifes. Igualmente hay que ver qué capacidad de producción tienen los aerogeneradores que se van a instalar, “ya que no es lo mismo uno de 850 kilowatios que uno de 2 megawatios”, afirman las fuentes consultadas.