pasaba por allí/Olga Heras
El "llanero solitario" del PSOE

La alcaldía de Leganés se ha convertido en objetivo del PP, y José Luis Pérez Ráez ha pasado a ser el blanco de los populares, especialmente de su portavoz, Guadalupe Bragado. Además, Pérez Ráez se ha visto obligado a hacer borrón y cuenta nueva en su equipo de gobierno, y a recuperar las riendas de la agrupación socialista, tras el “motín” desencadenado por su número dos, Alvaro Couso, debido al “fiasco” de las elecciones de mayo. Pese a todo, como “El Llanero Solitario”, el alcalde de Leganés pretende ganar la partida y encabezar las listas de los comicios de 2007.
Tras rechazar de plano cualquier oferta para ocupar un cargo en el nuevo Gobierno de Rodríguez Zapatero, José Luis Pérez Raez se ha fijado como única aspiración política el lograr jubilarse como alcalde de Leganés. Para cumplir su ambición, al regidor, de 55 años, le quedan por delante dos legislaturas en el cargo, en las que tendrá que contar con el respaldo de la dirección regional, su mayor valedora es Ruth Porta, y, sobre todo, impedir que se produzcan revueltas internas, como la acontecida en la agrupación local al inicio de esta legislatura.
La trayectoria política de Pérez Raez ha estado sujeta a algún que otro problema interno en su partido, pero, sin duda, la situación más comprometida con la que ha tenido que lidiar este veterano regidor ha sido el “golpe de timón” protagonizado por algunos de sus concejales, tras el “pinchazo” del PSOE en este municipio los pasados comicios de mayo.
Un motín que ponía plazo a su retirada de la alcaldía (según algunos se le pedía la dimisión inmediata, según otros sólo se le planteó renunciar dentro de dos años). Pérez Raez sofocó el alzamiento institucional arrinconando en la actividad municipal y en la agrupación a quienes responsabilizó de esta maniobra, tres pesos pesados dentro de su gobierno, aunque los rumores apuntan a que fueron más los que estaban en la operación de desalojarle del poder.
El resultado final de lo que el regidor ha calificado como “traición”, ha sido la conformación de un grupo municipal socialista algo desdibujado y con pocos pesos pesados, ya que quienes fueron su guardia pretoriana en la anterior legislatura, el concejal de Urbanismo, Alvaro Couso, y el de Hacienda, Santiago Llorente, han quedado en esta pelea relegados a un segundo plano. Tanto es así, que Couso, tras negarse a hacerse cargo de una delegación “menor”, ha optado por la iniciativa privada y se encuentra trabajando en la constructora Gedeco.
Su actual núcleo duro lo integran la siempre fiel Margarita Pedruelo, actual portavoz socialista y edil de Servicios Sociales, el también veterano Florencio Izquierdo, que pasó de la delegación de Deportes a la de Urbanismo, y un recién llegado Antonio García, actual concejal de Hacienda y hombre de confianza de Izquierdo.
Pérez Ráez ha recuperado también el control de la agrupación, en manos de una gestora desde que parte de su dirección dimitiera a raíz de este conflicto interno (una operación que sirvió para desalojar también de la Secretaría General a Couso), gracias a la “entente” cordial que el regidor logró establecer con algunos ex concejales con los que se había enfrentado en anteriores etapas, véase Acisclo Gómez (representante de Izquierda Socialista y en estos momentos concejal de Fuenlabrada), Rafael Gómez Montoya (acostista y actual diputado autonómico) o Luciano Represas (actual director de la Concejalía de Hacienda en Alcorcón). Todos han vuelto a adquirir protagonismo en la dirección local, después de algunos años de ostracismo, hasta tal punto que Acisclo Gómez se ha convertido en el nuevo presidente de la agrupación y Represas ostenta la Vicesecretaría General.
Sus detractores podrían plantear una nueva batalla contra el regidor en la elección de delegados que la agrupación llevará a cabo de cara al próximo Congreso Regional, previsto el 16, 17 y 18 de julio. Aunque, en principio, no tienen posibilidades de ganar, la situación interna de Pérez Ráez continúa siendo delicada.
Pérez Ráez fue uno de los primeros impulsores de la candidatura de Rafael Simancas (algo lógico dada su ligazón con Ramón Espinar y Ruth Porta), si bien, ello no le ha otorgado una privilegiada situación con respecto a la FSM, dispuesta a relevar a las viejas glorias socialistas de varios ayuntamientos.
El protagonismo que la dirección regional ha dado a nuevos valores, como los alcaldes de Fuenlabrada y Parla, Manuel Robles y Tomás Gómez, respectivamente, ha hecho que el regidor de Leganés, aparcando viejas veleidades, haya estrechado lazos con su homólogo de Getafe, Pedro Castro, dada la mutua necesidad de blindarse frente a las presiones locales y regionales.
Ambos son, tras la marcha de José Quintana del Ayuntamiento de Fuenlabrada, los alcaldes socialistas más veteranos del sur de Madrid, y, tanto uno como otro, no ocultan su intención de convertirse en los próximos candidatos de su partido en las elecciones municipales de 2007.