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La línea se inaugurará en 2009 y supondrá una inversión de 952 millones

Pistoletazo de salida para la puesta en marcha del primer AVE transfronterizo

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
Los ministro de Fomento de España y Portugal han firmado el contrato de construcción, y posterior explotación durante 50 años, de la línea de alta velocidad Figueres-Perpiñán con el consorcio TP Ferro, compuesto por ACS y Eiffage. El presupuesto del proyecto, que deberá estar terminado en un plazo de cinco años, asciende a 952 millones de euros, que se financiarán mediante una combinación de fondos públicos y de inversión privada.
Lucía Sierra
París

El día 17 de febrero de 2009 el AVE cruzará, por primera vez, la frontera entre España y Francia, según se señala en el contrato que han firmado el ministro de Fomento español, Francisco Alvarez-Cascos, y su homólogo francés, Gilles de Robien, con las empresas encargadas de llevar a cabo los trabajos. Las obras se prolongarán durante los próximos cinco años, por lo que la línea Figueres-Perpiñán, que tendrá su puesto de control principal en Barcelona, será inaugurada cuatro años después de lo previsto inicialmente.

Las componentes del grupo TP Ferro, ACS y Eiffage, adjudicatarias de la construcción y posterior explotación durante 50 años de la línea de alta velocidad, tendrán que pagar el 43,3% de los 952 millones que costará la ejecución de los trabajos. El 56,7% restante se cubrirá mediante una subvención pública, de la que la Comisión Europea aportará, al menos, un 10% y los gobiernos de España y Francia se repartirán la cantidad restante. El Ejecutivo español deberá cubrir, además, los gastos del IVA no recuperable correspondiente a las obras que se realicen en la Península Ibérica.

Para costear el resto del importe, ACS y Eiffage han diseñado un endeudamiento mediante una financiación bancaria a medio plazo amortizada a su vencimiento y con refinanciación hasta una duración total de 35 años.

El tramo internacional del AVE será la primera experiencia española de construcción ferroviaria llevada a cabo por la iniciativa privada. Los inversores recuperarán la inversión cobrando un canon a las operadoras por cada tren que transite por las vías. La repercusión por pasajero está estimada en un promedio de 4,50 euros, aproximadamente unos 10 céntimos por kilómetro, según han explicado los responsables franceses del proyecto. El tipo de gravamen es asimilable a las tasas que los aeropuertos cobran a las compañías aéreas y que éstas cargan en el precio de los billetes a los viajeros.

Tanto Alvarez-Cascos como De Robien han asegurado que el consorcio adjudicatario va a poner en marcha todos los trabajos necesarios para tener terminada la línea en la fecha prevista. En su intervención durante el acto de la firma el pasado 17 de febrero, el ministro de Fomento español destacó la importancia del desarrollo de esta infraestructura, ya que “una verdadera Europa cohesionada sólo es posible con actuaciones como las que hoy comienzan después de un largo esfuerzo conjunto”.

El AVE Figueres-Perpiñán, por el que también competían Ferrovial y un consorcio encabezado por FCC, está incluido en la última lista de proyectos prioritarios de las redes transeuropeas aprobadas por el Consejo de Ministros de Transportes de la Unión Europea. La línea permitirá la circulación de viajeros y de mercancías y estará adaptada para superar una velocidad de 300 kilómetros por hora. Tendrá una longitud de 44,4 kilómetros, de los que 19,8 transcurrirán por territorio español.

Una de las actuaciones más complejas incluidas en el proyecto es la construcción del túnel de Le Perthus, por el que se cruzará la barrera pirenaica, y para el que se deberán utilizar dos tuneladoras de doble escudo desde el lado español. La línea contará, además, con el sistema de seguridad y señalización europeo interoperable ERTMS.
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