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Nino Olmeda

Volver a empezar

Volver a empezar parece ser la decisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, con respecto a su plan contra la inseguridad que sufre la región.
Hasta la celebración de la Cumbre de Seguridad todo eran planes para el desarrollo de las Bescam, que han sufrido un sonoro parón debido a las críticas de la izquierda, los sindicatos y los representantes de los policías locales y nacionales y también de la asociación que aglutina a un buen número de agentes de la Guardia Civil. Junto a esas entidades, que han alertado sobre lo negativo de mantener retribuciones distintas a trabajadores de la seguridad pública que hacen una misma función, la veintena de alcaldes que se reunieron en la sede de la Presidencia acordaron la creación de una comisión dentro de la Federación Madrileña de Municipios para definir los futuros planes contra la delincuencia.

En la Cumbre de Seguridad, la presidenta dejó bien claro que los nuevos agentes no son el embrión de una nueva policía autonómica y su voluntad de no violar la autonomía municipal. El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, presente en el acto inaugural, aclaró que la mera presencia de más policías en la calle no garantiza más seguridad y exigió acciones preventivas y nuevos presupuestos contra la marginación social. Durante la reunión, los alcaldes del PSOE e IU pusieron de manifiesto que los ayuntamientos habían sido los grandes olvidados. Tan cierta es esta afirmación, repetida numerosas veces por el socialista Manuel Robles (Fuenlabrada) y la miembro de IU Monserrat Muñoz (San Fernando de Henares), que el vicepresidente segundo y consejero de Justicia e Interior, Alfredo Prada, tras reconocer que su Gobierno debería haber tenido en cuenta, a la hora de pensar en la puesta en marcha de las Bescam, a los municipios, afirmó que “Nunca es tarde si la dicha es buena”, en la clausura de la citada cumbre.

No mencionó en una sola ocasión la palabra Bescam y sí en repetidas ocasiones que la intención de su departamento es que en 2007 haya 5.500 nuevos policías en las calles de la Comunidad de Madrid y también la de hacerse cargo del coste de este ofrecimiento.

Al final, el resumen del resumen sobre el futuro de las Bescam parece claro: Aguirre pagará un buen número de agentes de seguridad pública para que desarrollen sus funciones en los distintos ayuntamientos, sin distinción de traje ni salario con el resto de policías municipales. Y punto. Volver a empezar por no haber hecho las cosas bien desde el principio.
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