Gallardón sube impuestos

Subida del Impuesto de Bienes Inmuebles, con recargo a las viviendas vacías (ya nos explicarán cómo), subida de la tasa de saneamiento, del impuesto de circulación de los vehículos, de las licencias de obras, del estacionamiento regulado, de servicios urbanísticos, de obras en la calle... ¡subidas, subidas, subidas! El Ayuntamiento quiere hacer muchas cosas, lo que implica mayores gastos, y para ello ha tenido la original idea de subir los impuestos.
El problema estriba en saber si las obras previstas, o parte de ellas, son necesarias, y si son urgentes, es decir, si no pueden esperar a próximos ejercicios sin que se resienta la economía de los contribuyentes. Acondicionar el Palacio de Correos para la nueva sede del Ayuntamiento costará 600.000 euros, cifra que queda pequeña ante la remodelación de la Plaza de Tirso de Molina, que alcanza los 4,40 millones de euros, o el enterramiento de la vía de ferrocarril a su paso por Entrevías, para el que se prevén 11,60 millones. A estas cantidades se suman otros millones para obras en los mataderos de Arganzuela, el circo estable,etc.
Hay mucho que hacer, pero no hay suficiente dinero. Sacarlo de los contribuyentes, ya bastante exprimidos, es una solución cómoda, pero dudo que sea adecuada. Hay otra fórmula: endeudarse. Tiene el pequeño inconveniente de que la deuda hay que pagarla, y con intereses. Pero es igual, Gallardón aumentará la deuda. En eso es un experto.
Todo sea por un Madrid mejor, aunque, si siguen subiendo los impuestos, se va a acabar convirtiendo en un Madrid imposible.